Roberto Gómez

Roberto Gómez es un intento de periodista deportivo que de tan gilipollas que es, revienta el medidor de ser gilipollas.

Suele jactarse de que le invitan a almorzar o cenar día sí y día también. Es extremadamente falso y corrupto, su prestigio es simplemente nulo.

Es tan insoportable en la radio como en la tele. Además de no tener ni puta idea de fútbol, es un pesado con los putos saludos. Está en todos los saraos y quiere hacer creer que sabe de todo y aparenta llevarse bien y ser amigo de todo el mundo, incluso del corrupto Ramón Calderón.
Cuesta creer que es amigo de alguien relacionado con el mundo del fútbol, ya que si le contaran algún secreto o confidencia no tardaría nada en largarlo.

Cada vez que habla demuestra lo poco que sabe de fútbol. Va de gilipollez en gilipollez, y cada día más gordas. Lo del rigor periodístico se lo pasa por el forro de los huevos. Evidentemente solo podía trabajar para un medio que da más risa que él, es decir Marca.

Desde este medio se descojona directamente de los lectores, oyentes y espectadores con sus paridas. Su carrera se nutre básicamente a inventarse un fichaje tras otro, ensalzar a los jugadores de su cuerda y sacar a la luz supuestas ofertas a estos jugadores para ayudarles a mejorar su contrato. Lo más curioso es que por más bulos que difunda, le siguen llamando y pagando por hacerlo y habrá aun gente que se los crea. Habitualmente suele ir a los asadores de Madrid, en los que generalmente no paga.
Presentaba la sección deportiva del informativo regional de TVE para Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura. A base de peloteo fue escalando hasta llegar a ser un tío imprescindible en cualquier tertulia deportiva que se precie.

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