Bibiana Aído
A mi no me preguntes Solo soy una ministra Jijijijijijiji |
Fue ministra de discriminación positiva Igualdad de España gracias a su capacidad de trepar
Pasó a los anales de la estupidez española por lo del miembro, la miembra y la carne de miembrillo. Podría resumirse en dos palabras, tonta y analfabeta. Como todos tenemos que encauzar los deseos de Bibiana Aído hacia una igualdad plena entre mujeres y hombres en el lenguaje, entonces, si un ministro es un "Cargo" Público, Bibiana Aído fue una "Carga" pública
Biografía
De pequeña era tan roja que hasta su primer muñeco cantaba la Internacional con el puño en alto y mataba curas. Y eso que estudió con monjas, sólo para chicas. Y no solo eso, reconoce que le enseñaron los valores que seguían vigentes en ella: respeto, tolerancia... Y claro, se lo agradeció con desprecio y persecución.
No era más que una licenciada en Administración y Dirección de Empresas. Solo realizó prácticas de tres meses en la entidad bancaria de Unicaja. Trabajó diez meses en la empresa Iturri S.A, pasando nuevamente a desarrollar su actividad en otra sucursal bancaria, Caja San Fernando unos tres meses.Ministerio de Igualdad
Zapatero creó este inútil Ministerio en 2008 y la puso al frente. Lo único que hizo fue repartir subvenciones a lo loco para cosas extrañas y variopintas (una biblioteca por y para mujeres, un teléfono para maltratadores, etc), decir gilipolleces e inventar palabras como feminizar o miembras y así hasta que dos años después ZP eliminó el ministerio al demostrarse que era inútil.
Finalmente ZP no solo la echó a la calle sin avisarle, si no que se enteró de la supresión de su ministerio durante una entrevista. Las políticas y las patadas al diccionario que instauró al frente de Igualdad perdurarán pese a la eliminación del Ministerio y la salida de su ministra.
La sustituyó Leire Pajín y el ministerio se integró en el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.
Se vio reconvertida en secretaría de Estado, con la propia Aído al frente, hasta que en junio de 2011, dadas las perspectivas del PSOE y probablemente sus propias perspectivas dentro del partido, eligió un destino lejano que le permitiese seguir viviendo del dinero público: asesora en el organismo para la mujer de la ONU.
Su nombramiento no salió barato, ni mucho menos. Zapatero se comprometió con el organismo en cuestión a donaciones por casi 100 millones de euros.
Hoy en día es Irene Montero quien recoge su testigo.
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