Estadística

La estadística es la ciencia según la cual si tú tienes dos Ferraris y yo ninguno, ambos tenemos un Ferrari.

La estadística, en general, se trata de una ciencia no científica, ya que existe un 5% de posibilidades de que acierte, con un margen de error de 4,99 %.

Por lo general resulta ser tan confiable como una promesa de político en campaña.

Y no podemos olvidar los famosos promedios estadísticos. Esas cifras mágicas que te hacen creer que estás por encima de la media, cuando en realidad, podrías estar muy por debajo de la realidad. Si tienes un pie en el congelador y otro en el horno, según el promedio, estarías en una temperatura perfecta.

La estadística también tiene una forma peculiar de hacer que te sientas importante. Te dicen que eres único, que no hay nadie como tú en todo el mundo. Pero luego te aclaran que en China hay más de mil personas exactamente iguales a ti. 

Ahora ya puedes dormir tranquilo sabiendo que eres una persona realmente especial, entre otros mil individuos completamente idénticos.

Y qué decir de los estudios estadísticos sobre la felicidad. Según ellos, las personas más felices son las que viven en países con altos índices de consumo de chocolate. 

Según eso, si Willy Wonka fuese el gobierno mundial, tendría la solución a todos nuestros problemas. Una fábrica interminable de chocolate y una sonrisa eterna en nuestros rostros, gracias a los mágicos poderes de la estadística.

La estadística también es una aliada de los políticos. Pueden convertir una caída en picada económica en un "ajuste esperado" o transformar un escándalo en un "incidente aislado". Todo es cuestión de jugar con los números, ponerles maquillaje y vender una realidad que solo existe en el mundo fantástico de las estadísticas.

La estadística es como un payaso que te hace reír y llorar al mismo tiempo. Es como un mago que saca conejos de la chistera y luego los hace desaparecer sin dejar rastro. 

Es una ciencia tan precisa como un reloj roto y tan confiable como un pronóstico del clima. Pero, a pesar de todo, ahí está, presente en nuestras vidas, recordándonos que las cifras pueden ser tan engañosas como una sonrisa falsa.