Encarna Sánchez
Encarna Sánchez era un bicho que se creía la dueña de España solo porque tenía tirón en la radio española. A pesar de su insoportable, denigrancia intelectual absoluta, era la ídolo de las marujas de España.
Fue mala como el veneno y comedora de coños insaciable. Tenía a mucha gente de cierto renombre cogida por los huevos. Se sentía intocable.
De hecho, solo tuvieron cojones de hablar mal de ella una vez muerta. Antes de eso, nadie contó cosas como que le comía las empanadillas a La Pantoja, mientras que aquella se llevaba 43 millones de pesetas.
A Mila Ximénez y Rocío Jurado no pudo saborear sus tiramisús y aprovechó su atalaya mediática para atacarlas. A Rocío la acusó de travesti y a Mila simplemente la despidió dejándola en una situación monetaria terrible, sin ingresos y en la estacada.
Se convirtió definitivamente en un personaje inquietante al ser una de las que se enfrentó a la terrible malversación de fondos del Estado hacia el grupo GAL.
Murió de cáncer y todos se alegraron. Menos Isabel Pantoja, que pensaba que iba a heredar.
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