El Gran Wyoming
¿Y mi caviar? |
Pésimo humorista, presentador cansino y cantante frustrado que encontró una manera fácil de hacerse rico desde el humor y peloteo a la izquierda.
Este demagogo e hipócrita va de comunista desde la poltrona de la tele y la tranquilidad que le dan sus 20 pisos en propiedad.
De nariz aguilucha, ojos saltones, pose de estreñido y con tanta espontaneidad como le permite su telepronter, se apropió del mote artístico más grandilocuente de toda España: El Gran Wyoming. Un amigo le puso el mote de Gyoming pero él le añadió lo de Gran, porque si no lo hacía él no lo haría nadie.
En algunas reseñas de Internet ponen que es periodista, músico, escritor, actor, presentador como si fuera el perfil de Leonardo Da Vinci.
Biografía
Resulta que el tipo este con traje y corbata que va de ciudadano Kane y para quien el caso Watergate sería una simple tira cómica empezó tocando el piano en algunos bares de putas de Madrid.
La mecha hacia el estrellato la encendió en el mundo de la música a los veinte años.
La trama para poder llegar a vivir sin pegar golpe la empezó con un socio de por vida, su amigo Reverendo.
Con él creó la banda de rock, tocando a diario en baretos.
En esas primeras actuaciones el Wyoming hacía comentarios irónicos sobre los periódicos del día forjando su futuro bufoneo.
Se sacó la carrera de Medicina que sólo rentabilizó dispensando unas cuantas recetas de ambulatorio.
Suerte que la farándula le fue bien, por eso seguimos vivos.
Un rostro tan particular no se podía despreciar y por eso pasó de hacer de extra en varias pelis a conseguir su primer papel principal: la película de Fernando Trueba Ópera Prima.
Luego vino el largometraje Sé infiel y no mires con quién.
Más adelante llegaron los programas de la tele.
Uno de ellos Fue El peor programa de la semana, que duró hasta que quiso entrevistar a Quim Monzó, el cual se había burlado de la infanta Elena.
En realidad ya lo iban a chapar por baja audiencia, pero esto fue la gota que colmó el vaso, aunque lo quisieron vender como censura.
Pero su entronamiento, en sofá de ejecutivo, todo hay que decirlo, viene con el programa de televisión CQC.
Quien iba a pensar que acabaría su carrera maltratando a una becaria.
Volvió a TVE en 2004 con La azotea de Wyoming. Fue un fracaso en los que los entrevistados se suicidaban tirándose desde la propia azotea. El humor corrosivo de Wyoming brilló por su ausencia cuando le fichó la pública para conducir un programa nocturno ajeno a polémicas.
Todo esta carrera para acabar de bufón en El intermedio, un programa de televisión izquimierdoso de laSexta presentado por él mismo nacido para mamporrear al PSOE y servir a su amo; ZP
En el primer Intermedio tras la debacle socialista, echó a la trituradora de papel los chistes por hacer sobre los trajes de Camps.
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