Camello

Un camello es un animal muy apreciado en el negocio circense. Hay dos clases de camellos: el camello propiamente dicho y el camello impropiamente dicho. Este último es el que siempre se exhibe.

No sirve para mucha cosa. Solo para llevar de paseo a los turistas en Canarias y hacerles creer que es cosa de aquel lugar y para la cabalgata de Los Reyes Magos.

El camello propiamente dicho es el miembro desconocido de la familia circense, el que nunca ve la luz del foco ni se pasea por la pista central. 

Hay rumores de que su personalidad es un tanto rebelde y que siempre busca escaparse de su corral para aventurarse en la búsqueda de un oasis secreto. Dicen que su deseo de libertad es tan fuerte que incluso ha intentado formar una banda de camellos fugitivos para explorar el vasto desierto y realizar travesías épicas.

Sin embargo, el camello propiamente dicho siempre es frustrado en sus intentos, ya que los encargados del circo han construido fortalezas de vallas y trampas ingeniosas para mantenerlo a raya. 

Algunos creen que su naturaleza libre y su espíritu independiente son lo que le ha ganado su título de "camello propiamente dicho", ya que se resiste a las normas del circo y a las expectativas de la audiencia.

Por otro lado, tenemos al famoso "camello impropiamente dicho", aquel que se exhibe orgullosamente en cada función. Su joroba se ha convertido en su firma personal y es lo que lo hace reconocible al instante. Pero a pesar de ser el protagonista de numerosos espectáculos, la vida del camello impropiamente dicho no es tan glamorosa como podría parecer.

Resulta que este camello en particular está un tanto aburrido de las mismas rutinas una y otra vez. Sueña con algo más que pasear a los turistas en las paradisíacas playas de Canarias o desfilar en la cabalgata de Los Reyes Magos durante la época navideña. Ha comenzado a asistir a terapias de "expresión personal" para explorar sus talentos ocultos y ha descubierto que tiene un don para la pintura y la música.

El camello impropiamente dicho ansía aventura y desea de romper las barreras del circo. 

Pero si alguna vez te encuentras con uno y ves un destello de rebeldía en la mirada del camello, recuerda que detrás de esa imagen cómica y caricaturesca, hay una criatura que anhela más que ser simplemente un camello.

Quizás, solo quizás, puedas escuchar el susurro de su corazón aventurero y libre, que sueña con explorar el mundo más allá de las pistas de arena y las carpas multicolores. Y tal vez, solo tal vez, puedas ser testigo del día en que el camello propiamente dicho y el camello impropiamente dicho se encuentren y unan fuerzas para vivir aventuras.

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