Disculpa

Una disculpa es una cosa que se da cuando el que comete el acto observa sus consecuencias y, tras evaluar que huir no es viable o que la víctima es más rencorosa que un acreedor con memoria fotográfica, decide emplear la táctica milenaria de decir "lo siento" mientras intenta parecer sincero.

Mantiene funcionando las relaciones humanas con la misma eficacia con la que un "ups" arregla un error catastrófico en cirugía. Una disculpa bien ejecutada es como una palmadita en la espalda... dada por alguien que acaba de clavarte el cuchillo con elegancia.

Origen

Las disculpas se inventaron aproximadamente cinco minutos después de la primera metedura de pata registrada en la historia de la humanidad, cuando un cavernícola llamado Grug pisó por accidente la cola de un mamut lanudo y descubrió, para su horror, que las disculpas son más fáciles de ofrecer que regenerar extremidades. Desde entonces, el arte de disculparse ha evolucionado, pero nunca ha perdido su esencia: fingir que uno no tenía la culpa o, al menos, que no tenía malas intenciones. En algunos casos, es también un medio elegante para evitar demandas.

Tipos de disculpa

1. La disculpa sincera: Rara como un unicornio, esta disculpa es emitida por alguien que, contra toda lógica, siente verdadero remordimiento. Los expertos creen que su existencia es más teórica que práctica, como los calcetines desaparecidos en la lavadora.

2. La disculpa diplomática: Predilecta de políticos y celebridades, consiste en pedir perdón sin admitir jamás que uno hizo algo mal. Ejemplo clásico: "Si alguien se sintió ofendido, lo lamento" (traducción: "No me arrepiento de nada").

3. La disculpa pasivo-agresiva: También conocida como "disculparse sin disculparse", es una delicada danza verbal donde uno dice "lamento que seas tan sensible" o "me disculpo si no entendiste mi genialidad". Ideal para peleas con suegras o debates en redes sociales.

4. La disculpa estratégica: Usada para evitar despidos, rupturas o linchamientos públicos. Este tipo de disculpa no implica remordimiento, solo un agudo sentido de la autopreservación.

Manual práctico de la disculpa eficaz

Para disculparse con éxito, el truco está en sonar lo bastante afligido para calmar a la otra parte, pero no tanto como para que se aprovechen de tu debilidad. Algunos consejos prácticos incluyen:

- Evitar excusas tontas."Estaba poseído" rara vez funciona, a menos que vivas en una película de terror de bajo presupuesto.

- Controlar el lenguaje corporal. No se recomienda hacer ojitos o sacar la lengua al pedir perdón, a menos que quieras empeorar la situación.

- Practicar la mirada de cachorrito. Es científicamente imposible estar furioso con alguien que parece un perrito mojado.

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