Nacho Duato

Nacho. O su hermana 

Nacho Duato (nombre real: Juan Ignacio Duato Barcia, porque toda estrella necesita un alias que suene menos a notario) es un bailarín y coreógrafo español, famoso por dos cosas: mover las piernas como si tuviera corriente y ser el hermano de la que salía en Cuéntame cómo pasó —esa serie española que estuvo más tiempo en antena que Franco en el poder.

Frecuentemente confundido con El Mentalista (por razones que ni el Mentalista sabría explicar), Nacho pasó de dar piruetas en escenarios internacionales a dirigir la Compañía Nacional de Danza durante 20 años. O, como él lo llamaría, “veinte años lidiando con funcionarios en mallas”.

En 2010, decidió huir del país —o fue exiliado por el Sindicato de la Ceja, esa hermandad de artistas progres de mamandurria que creen que subvención rima con creación. Se fue a Rusia, un lugar conocido por dos cosas: inviernos brutales y bailarines aún más brutales.

Allí, lejos del siestismo institucional y las galas de premio donde todos ganan menos el espectador, Nacho encontró un público que entiende que el arte es sudar, sangrar y ensayar hasta que se te salgan las caderas por la nariz. Mientras tanto, en España, el panorama dancístico lo ocupan las sobras del BOE con tutú, produciendo espectáculos financiados por el Estado y aplaudidos por los familiares de los actores, si les dan entrada gratis.

Duato, por su parte, sigue en Moscú, donde al menos si te apuñalan, es literal y no con un presupuesto cultural.