Inflamable

Inflamable es una palabra proviene del latín, y tiene la misma raíz, pero con el prefijo "in-", que en este caso no niega, sino que intensifica. 

Cuenta la leyenda que en algún momento del siglo XX, la industria del transporte decidió etiquetar los camiones con la palabra "INFLAMABLE" para advertir del peligro. Lamentablemente, mucha gente vio la palabra y pensó que no se quemaba.

Muchos niños se acercaron a esos camiones con antorchas.

Tras varios incidentes, explosiones, y un breve pero intenso apocalipsis en miniatura en Wisconsin, alguien decidió que era mejor usar “FLAMABLE” para que la gente entendiera que el camión podía convertirse en dragón si lo tocabas con fuego.

Desde entonces, la comunidad científica, los lingüistas y un puñado de bomberos exhaustos se reunieron en una cumbre secreta (organizada en la parte trasera de una ferretería en Ohio y patrocinado por Mercadona) para discutir cómo evitar futuras tragedias provocadas por la gramática.

Allí nació el Consejo Internacional de Palabras que Suenan al Revés Pero No Lo Son (CIPSSPENLS), cuyo objetivo principal es garantizar que los términos peligrosos no suenen como cosas que uno le pondría a una infusión relajante.

Tras ocho días sin comida, pero con mucho café y humo de fondo, el consejo declaró:

“De ahora en adelante, se utilizará únicamente la palabra FLAMABLE para designar objetos propensos a la combustión involuntaria, voluntaria o casual. La palabra INFLAMABLE será recluida a textos médicos, poesía mal escrita y exámenes de ingreso a la universidad, donde seguirá causando daño, pero más emocional que físico.”

Desafortunadamente, esta decisión lingüística provocó un conflicto inesperado en el mundo de la medicina. La gente, al leer que alguien estaba “inflamado”, comenzó a llamar al departamento de bomberos por precaución.

Desde entonces, los hospitales han tenido que aclarar que “inflamación” no significa que un paciente esté a punto de estallar como una piñata llena de gasolina.

Frente al caos, un grupo de expertos en marketing propuso soluciones más visuales como llamas y cosas así. Pero la más efectiva fue una foto de Nicolas Cage gritando frente a una explosión.

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