Observatorio de Observatorios que No Observan Nada
El Observatorio de Observatorios que No Observan Nada (O.O.N.O.N.) es una institución científica-política-administrativa cuya misión oficial es “evaluar el desempeño de los observatorios que no observan nada”, y cuya misión real es “ofrecer un empleo a los allegados, primos terceros y compañeros de pupitre de varios políticos de relevancia variable”.
Fundado sorpresivamente cuando alguien se dió cuenta que hacía falta un organismo que supervise que los organismos no hacen nada, para que al menos quede constancia burocrática de la nada.
Era tan profundamente español que resultaba imposible no financiarlo.
Misión Política
Aunque en su web aseguran dedicarse a “la metaevaluación de la eficiencia observacional del tejido astronómico nacional”, la realidad es otra:
1. Crear puestos estratégicos para profesionales altamente cualificados en relaciones familiares.
2. Garantizar que no se pierde la tradición de inaugurar edificios y cosas que nadie sabe para qué sirven.
3. Emitir informes tan largos como irrelevantes, que nadie leerá pero justificarán el presupuesto del próximo año.
4. No observar nada para no interferir en las competencias de los observatorios que tampoco observan nada.
Estructura orgánica
Dirección General de Supervisión de la Nada: Ocupa el cargo alguien con una impresionante trayectoria en “estar disponible cuando hacía falta colocar a alguien”.
Subdirección de Transferencia de Fondos Sin Transferir Nada: Encargada de mover dinero entre partidas con la elegancia de un trilero profesional.
Departamento de Estudios del Vacío (Presupuestario No Es): Donde trabajan expertos en elaborar documentos de 200 páginas enrevesados que no dicen nada
Comité Ético de la Nada Aparente: Formado por antiguos cargos cuya función es reunirse, comer bien, y dejar actas que básicamente dicen que está Todo correcto excepto lo que ya sabemos, y que tampoco es para tanto.
Instalaciones
Un moderno complejo inaugurado tres veces por distintos partidos con estas características:
Un planetario que solo proyecta powerpoints con datos inexistentes.
Telescopios que apuntan estratégicamente hacia el edificio de al lado para “vigilar que nadie esté trabajando demasiado”.
Una cafetería que absorbe el 37% del presupuesto anual.
Una sala de reuniones insonorizada “para evitar filtraciones”, que resulta ideal para echar la siesta.
Actividades Principales
Auditar auditorías que justifican nuevas auditorías.
Publicar el informe anual que cuesta 800.000 euros y se imprime en papel reciclado de otros informes del mismo observatorio.
Organizar congresos en Canarias, porque “el cielo es más claro”, aunque curiosamente las ponencias siempre se celebran cerca de la playa.
Trabajar activamente en propuestas de futuro, todas condenadas a repetirse año tras año.
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