Endemoniado Gadareno

¡El comunismo nunca 
ha funcionado!
El Endemoniado Gadareno o  Legión fue un pobre hombre poseído por demonios, viviendo entre tumbas, rompiendo cadenas y dando muy mala imagen al turismo local.

Sin embargo, un análisis serio, riguroso y absolutamente irresponsable del texto evangélico revela que este sujeto no estaba poseído, sino sobrepoblado.

Era literalmente una asamblea demoníaca okupando un solo señor, sin pagar alquiler, sin contrato y con una política interna de gritos, autolesiones y nudismo funerario.

No podía vivir en sociedad. No porque fuera peligroso (que también), sino porque nadie quiere sentarse al lado de alguien que grita a las tres de la mañana, se pega piedras a sí mismo y vive en un cementerio.

Llegó Jesús, que hizo el papel de desokupa y los desalojó.

Los demonios, en lugar de huir, negociaron. El nazareno les dio vivienda alternativa en unos cerdos. Tuvo buenas intenciones y los demonios entraron en los cerdos.

Que los cerdos se suicidaran en masa no fue su culpa. El libre cerderío es así.

La gente del pueblo no lo entendió y preferían un loco endemoniado antes que perder ganado.

Una vez liberado, el ex-endemoniado quiere seguir a Jesús, pero 

Jesús le dijo que se quedara ahí explicando a sus vecinos por qué estaba desnudo gritando en el cementerio durante años.

El endemoniado mostraba lo que pasa cuando nadie quiere hacerse cargo del mal y que una sociedad puede convivir con la locura… siempre que no afecte al negocio.

Y demostró que a veces el verdadero exorcismo no es expulsar demonios, sino incomodar a los cuerdos

Amén, o lo que quede. Enseña este artículo a tu párroco de confianza en tu clase de catequesis y vuelve a visitarnos cuando te hayan excomulgado.



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