Jordi González

Televisión basura la hace 
Tu puta madre
Jordi González Belart es un periodista y presentador de radio y televisión catalán con cara de haber pasado la viruela. Está dotado de trepismo crónico y que nunca acaba de salir del armario.

Comenzó como un respetado presentador para convertirse en un gurú de la telebasura, un miserable rastrero sin sentimientos y sin compasión y a humillar a personas  porque sí y que ni siquiera es capaz de parar en su actitud de acoso y derribo cuando ve a esa persona completamente afligida y casi llorando.

Cualquier programa creado a última hora, o que nadie quiere hacer, lo quiere para él. Desde pasearse sin complejos por entre los muertos, rescatar a frikis de realitys pasados o dar clases de buenas costumbres.

Le ha pasado lo contrario al encasillamiento. Se ha difuminado. Quiere hacernos creer que en la diversidad está el gusto y que sirve para todo. Se ha quedado sin personalidad y parece ansioso por chupar cámara. Está empeñado en dar una imagen de seriedad y de calidad, negando que lo que hace no es más que basura. Le gusta la tele y no puede vivir sin sentirse enfocado por una cámara. Motivo por el cual se planta en norias que son capaces de sacar lo peor de lo peor en cuestión de las bajeza.

Biografía


No me importa que estés muerta,
 ¡a mi programa!
Empezó en la radio, tras una oferta de un señor raro que se lo ofreció en un cuarto oscuro. Dio el salto a la tele catalana a finales de los 80. Pasó a TVE para presentar el mismo programa que había hecho para los catufos y sustituir a Isabel Gemio en 3x4. El programa se canceló ese mismo año.

Lo largaron y se lo endiñaron a Antena 3. Su primer programa (El turista habitual) le duró muy poco. Tras eso, cayó en las autonómicas, aunque lograría salir de ellas.

Fue contratado por Telecinco, como sustituto de Javier Sardá en Moros y cristianos.
El programa fue cancelado justo ese año casualmente. Acabó volviendo a las autonómicas.

En 2000 regresa a TVE 1 para hacer La escalera mecánica, programa cancelado tres meses después de su estreno por su escasa audiencia.

En 2002 vuelve Antena 3 para presentar Abierto al anochecer, el cual solo duró una temporada. En ese mismo momento, también aparecía en el programa Vitamina N de la televisión local de Barcelona, donde aparecieron una serie de personajes como Torito, Enric Escudé o Marta Torné.


En Telecinco


Su momento llegó cuando fichó por Telecinco en la época en la que la telemierda empezaba a prosperar. A corazón abierto, La casa de tu vida, Gran Hermano VIP, TNT, Rec y Díselo a Jordi. Galería de los horrores más que currículum vitae.

Condujo Díselo a Jordi, u talk show durante apenas cuatro meses. Nadie quiso decirle nada importante a Jordi Tras eso llegó La casa de tu vida. Aunque la primera y segunda edición no fueron mal en audiencia, con la tercera se dio un gran batacazo. Las peleas de las parejas encerradas en una casa que tenía que construir cada vez interesó a menos gente, y duró sólo tres galas.


Y de pronto le llegó el programa que ha sido su consagración definitiva como presentador basuril: La noria, un programa que rebuscaba en la basura.
En él, era capaz de sacar basura hasta de los muertos. Por eso a nadie le extrañó que diese un paso más allá y contratase a una vidente para conseguir "exclusivas" de personas fallecidas. Así tendría supuestos testimonios y confesiones de primera mano y aprovechar un vacío legal aprovechando que los muertos no pueden querellarse.

Tanto ir por el filo de la navaja que al final se cortaron. No se les ocurrió nada mejor que llevar a la madre del Cuco, implicado como encubridor en el caso Marta del Castillo, sino que además tuvieron la desfachatez de pagarle 10.000 euros. Algunos anunciantes se negaron a seguir patrocinando esta mierda. Mientras Jordi González sacaba espuma por la boca, le siguieron otros muchos, hasta que se quedó sin anunciantes, excepto Esperanza Gracia, cuyos poderes místicos no la avisaron de la mala publicidad que esto suponía. Aunque subió en audiencia con la polémica de los patrocinadores, Telecinco valoró su cancelación.

Aunque en Mediaset se emperraron en mantener La noria, incluso con publicidad a bajo coste, finalmente lo sustituyeron por La noria 2 El gran debate. Un programa que mantenía la idea de televisión miserable, pero la camuflaba tras una nueva cabecera. Un burdo juego de trileros con el que esperaban engañar al telespectador, ese ser intelectualmente inferior incapaz de darse cuenta del truco.

Finalmente cancelaron El gran debate y se quedó haciendo pasillos hasta que le llamaran por algún proyecto. Su programa fue sustituido por un programa de entretenimiento presentado por Emma García.

Pero había una cosa que Jordi González todavía no había hecho nunca en televisión: hablar con espíritus. Se dieron cuenta que los muertos no podían demandarles por difamaciones y calumnias y crearon un programa necrofílico. En él Jordi González invoca a los muertos para combatir a los otros canales.

Los fallecidos famosos le susurraban cosas a la médium, que se las transmite con gran naturalidad a algún familiar presente. Pero la médium sólo habla inglés, de modo que es Jordi González quien va traduciéndonos con fabulosa fluidez a la médium parlante, es decir, a los mismísimos muertos.  Todo un goce necrófilo, afán morboso y la peligrosa frontera con el fraude.

Desde entonces, aunque ha intentado hacer algo serio, siempre cae a programas granhermaniles y basuras varias.
Verle en los debates de ‘Secret Story’ o ‘Supervivientes’ es ver la agonía de alguien que detesta su trabajo. 



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