Barbijaputa

Yo no soy yo.
Soy mi amiga
Barbijaputa es el seudónimo de una charo amargada con pinta de loca de los gatos.

Creó este personaje que representa el feminismo cutre, absurdo, enloquecido, casposo y de garrafón que nada tiene que ver con el auténtico, al que perjudica con su indigencia intelectual. 

El personaje creado es evidente que padece algún trastorno aparte de estar cargada de odio y un discurso zafio y desarbolado.

Lo triste y lamentable es que haya tanta necia que le hayan comprado el discurso a esta infeliz. Posiblemente, Barbijaputa sea una chica miedosa que finge ser una persona poderosa en Twitter, pero una fracasada en su vida real.

Su final será en la más íntima soledad, devorada por sus gatos.

Identidad

Compradora típica
de sus libros
Este personaje fue creado por María Pozo Baena, una fracasada de la vida y adoptada por Ignacio escolar para poder decir gilipolleces en su diario que podrían afectar a su reputación y porque teniendo una identidad femenina sus comentarios sobre feminismo tendrán mucho más valor que si fuesen hechos por un hombre.

Aprovechando la fama del personaje, ha creado libros cutres de autoayuda repleta de demagogia irresponsable que cree resolver los complejos problemas de la Humanidad.

Biografia
No tengo amigos

Hija de un profesor  planchabragas y una recepcionista dental travelo.
Durante su infancia tenia un pez de mascota pero se suicidó.
Luego una oveja pero no duro mucho. Se largó en autoestop. Hasta su tia se suicidó.
En su adolescencia se liaba con los chicos malotes y retrasados.
Su primer novio en Instituto le duró dos años. No se sabe si se suicidó o huyó.

Consiguió un trabajo en una hamburguesería. Empezó con el porro y el hachis. La echaron por poner pepinillo a un alérgico 
Se echó un novio camello y eyaculador precoz que le echaba droja en el colacao.  
Luego trabajó en una empresa de alquiler de coches.

Otro novio se fue a Francia a comprar tabaco. Debe llevar un alijo importante, ya que desde entonces no ha vuelto.

Tras esto se va a vivir con una técnico de caracterización que le lavó el cerebro con el feminismo y el socialismo.
Había otros dos compañeros. A uno lo echaron por ser votante del PP y lo cambiaron por un etarra.

La contratan en Iberia por pena.
Era un desastre de auxiliar de vuelo. Olvidaba peticiones de pasajeros olvidaba menús.
La desterraron a Tenerife, donde también la marginaron.

Pillada
Cuando salía de fiesta a las discotecas, la emborrachaban y acababa más vestida que antes y más virgen.
Se hizo un blog hasta que hiciera amigos.

Evidentemente nunca los hizo.
Su blog no lo leia ni Dios.
En esta isla se enamoró de un catalán y por lo visto no acabó bien la cosa.
Durante cerca de 6 meses, el muy marichulo osó querer tener razón y opinar y a eso no estaba acostumbrada y la dejó. Bueno, y porque le ponía los cuernos. Después de un tiempo quiso volver con ella y la intentó convencer de una hostia.

Se enamoró de piloto que no le hacía ni puto caso.
Luego la compañía aérea la echó a la calle, hartos de que siempre fuera como un adefesio.
Desde entonces cambió por el rollo and bollo.
Actualmente vive con una compañera de piso con la que comparte aficiones tales como la bolleria, la tortilla y manualidades relacionadas con las tijeras.

Etapa de twittera
Oh si, dame otra Jordi

Su éxito llego en la majadería y estercolero de rojos de Twitter, donde es una referencia para feminazis subnormales y aliados planchabragas.

Alli empezó a tener seguidores y a creerse alguien.
Aprovechó para dar rienda suelta a su antisemitismo, su feminismo trasnochado.
Luego fue contratada por el aliado planchabragas de Ignacio Escolar, incluso a escribir infumables libros de temática feminazi, algunos de ellos para niños.
Por 2014 mata a su abuela a disgustos.

En 2016 fue premiada por Asociación de Mujeres feminazis Periodistas de Cataluña. Fue a recoger el premio y se la vio la cara por primera vez.

Caída 

En 2025 fue acusada por la fiscalía de haber publicad insultos contra los judíos. Su verdadero nombre se hizo público y se confirmó que era una Charo amargada.

Fue el principio del fin. Luego envió una columna a Público celebrando la sentencia del Tribunal Supremo del Reino Unido, en la que rechazaba que las mujeres trans cumplan con la definición legal de mujer. No se lo publicaron por discurso del odio y se enfadó. 

Se hijo un J. Pelirrojo y cargó contra la mano que le daba de comer en redes sociales. Evidentemente le rescindieron el contrato.


Publicaciones
Me gasto el dinero de
mi marido en
 esta mierda jijijiji.

Cómo escritora es aún peor que como tuitera. Sus modelos narrativos tienen la simplicidad de la autodidacta y la agotadora incoherencia de una mala redacción escolar.

En 2015 comenzó su trabajo como escritora siendo su primer libro publicado El planeta Lilaverdía, libro de poesía infantil en la que sustituye su seudónimo por Lula Libe. Un libro que demuestra que por más que lo intente lo de la poesía no es lo suyo.

En 2016 publicó la simple, pueril, aburrida, inconexa y totalmente prescindible novela La chica miedosa que fingía ser valiente muy mal, un libro que parece escrito por una adolescente con un nivel redacción ESO. Un 50 sombras de Grey para adolescentes subnormales. Un refrito de su ya de por si penoso blog.
Publicado sólo para hacer caja con la fama de su autora en Twitter. 

Mete alguna que otra denuncia social con calzador para disimular y referencias constantes a Marx a la mínima. Tal vez si tienes trece años pueda hacerte gracia un libro así.

En 2017 el ensayo  tendencioso, victimista,  sesgado y de bajo nivel, panfleto Machismo, 8 pasos para quitárselo de encima. Un libro superficial y pobremente argumentado con un tono arrogante que termina cansando.

En 2019 cagó publicó otra novela de temática feminazi (Nadie Duerme).
Un libro hecho sin ningún tipo de esfuerzo que trata de una forma vergonzosamente superficial el feminismo, la política, la historia y, sobre todo,  la condición humana.

La distopía que presenta es exactamente igual que la España de hoy a nivel tecnológico, social y económico El único motivo por el que la autora sitúa la acción en el ficticio país que llama Eare pero que es clavado punto por punto a España, porque plantear otro escenario hubiese exigido esfuerzo, imaginación y talento. Justo todo aquello de lo que ella carece.

La trama podría decirse que en un mundo alternativo y distópico, el partido de ultraderecha TOTUM llega al poder y comienza a implantar una serie de políticas represivas. Pero solo un grupo de mujeres (todas ellas, naturalmente, víctimas de violencia machista) forma un grupo terrorista.

Estas implacables terroristas se pasan casi cuatro páginas debatiendo sobre si el intenso entrenamiento físico les ha engordado las tetas o es un efecto óptico porque han perdido barriga.

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