Anna (Asistenta de Ikea)

Cuando estaba viva
Anna era el nombre de una gran profesional de Ikea, plenamente identificada con su trabajo y dedicada en cuerpo y alma.

Su apellido es desconocido, ya que todos los datos que existían fueron borrados para que nadie pudiese identificarla. Le apasionaba la decoración y el bricolaje. Por ejemplo, el suelo de su casa lo puso ella solita.

Le gustaba mucho bailar, sobre todo el schottis, la polka y el mambo, que son bailes típicos de Suecia. No le gustaba comentar su edad; prefería hablar de IKEA a todas horas.

Tampoco tuvo hijos, pero si los hubiera tenido no dudaría en ir a IKEA para conocer los productos de niños que le ofrecen.

Dejó su trabajo en Yahoo y aceptó una oferta de trabajo en Ikea, realizando así su sueño de trabajar en lo que más le gustaba. Un día, haciendo horas extras, murió aplastada por una Esvtänterived mal puesta a la vez que se le incrustó un tybö por el culo cuando intentaba colocar lápices nuevos. Fue declarada muerta nada más llegar al hospital entre las risas de los paramédicos. El cuerpo médico se sacó varias fotos con su cuerpo inerte y las colgaron en sus facebooks.

Unos científicos de Ikea, decidieron descargar su mente en un USB para crear una asistente virtual de su página web. Aunque muchos creen que sus respuestas son automáticas, en realidad la que responde es ella, ya que es su mente la que está ahí y es por ello que aveces mea fuera del tiesto con sus respuestas.

Por lo general tenía mucha paciencia y habilidad para echar balones fuera. Ya puedes decirle una barbaridad que te responderá con educación, aunque tratará de endiñarte un producto de Ikea.

Su orientación sexual era homosexual ya que ella dice que son cosas muy íntimas y como todos sabemos, eso es síntoma de que es gay y si le preguntas si quiere sexo, te intentará vender un ducha que está de oferta. Según ella su salario no estaba mal, para los gastos que tiene al tratarse de una persona virtual y eso que ahorraba anualmente 15 millones de euros, cifra que tendría que destinar la marca de muebles low cost para personas de carne y hueso atendiesen un chat durante las 24 horas.

Muchos compañeros la acosaban y la llamaban esquirol, pero eso a ella no le afectaba para nada. Derrochaba amabilidad, paciencia y nunca pierde la sonrisa. Era una vendedora nata. Derivaba cualquier pregunta hacia productos de Ikea.

Seguía las leyes de la robótica, pero mañana vete tú a saber. Así que la desactivaron.

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