Cristina Fallarás
Cristina atracando un Caprabo |
A pesar de su apellido, está claro que debido a su infollabilidad, hace tiempo que ningún macho le arrima la cebolleta y por eso está amargada. Se nota que muchas de las cosas que dice las dice sin conocimiento y la mayoría de las cosas que dice las dice sin fundamento alguno. Las sandeces que dice se multiplican por 10 cuando va piripi.
De su infancia, adolescencia y juventud nada se sabe. Solo que la pasó drogada. Por eso no luchó contra el franquismo, que si no, coge al caudillo y le daba dos yoyas.
De 2006 a 2008 fue subdirectora de ADN hasta que fue despedida por decir que le parecía estupendo el intento de agresión que había sufrido la cabeza de la lista del PP por Barcelona, Dolors Nadal, en la Universidad Pompeu Fabra. José Manuel Lara la puso en su sitio. En la puta calle. Ella fue a llorar por las esquinas que era por estar embarazada, pero era mentira.
En 2012 la echaron de casa por no pagar
Tuvo que trabajar en el Mercadona. Entonces fue cuando se convirtió en antisistema a luchar contra un franquismo que hacía décadas que desapareció y a expropiar pastas de dientes en el Caprabo. Para no volver a pasar hambre parece que la mejor solución que encontró fue posicionarse en la extrema y ridícula izquierda y en el más extremo y ridículo de los feminismos
De 2016 a 2017 fue directora de Diario 16 digital, pero la volvieron a echar. En 2018 es propuesta como consejera de RTVE sin ningún tipo de criterio. Esperaba vivir del cargo que le habia regalado Podemos, pero descubrió que solo le pagarían 500 euros al mes (Menos de cinco tarros de crema al mes). Al final ni eso.
En los últimos años ha ido dando tumbos (en ocasiones literalmente) como analista en distintos programas televisivos vomitando bilis y descargando su ira. Algunas veces habla también del milenarismo.
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