Leticia Dolera

Eh tu...
Deja de Violarme
 telepáticamente
Leticia Dolera es una actriz y directora de cine. 
Nacida en un campo de nabos allá, por Cataluña.
Conocida por sus ordinarieces innecesarias, como sus constantes alusiones a la regla y por meterse en charcos para adquirir notoriedad porque nunca ha destacado profesionalmente.

Dice ser feminista, pero solo hasta que un embarazo le trastoque su proyecto. Incluso se permite escedencias de su lucha feminista cuando es ella la directora. Entonces contrata a becarias y chicas jóvenes subempleadas y se autopromociona como adalid del feminismo, relanzando así de paso su mediocre carrera.

Su moral y sus valores están para que las cumplan otros, no ella misma. Ella está moralmente por encima del resto, hasta de su propia moral.

Su carrera comenzó en la serie Al salir de clase, en la que interpretó el papel de Ángela conocida como La Turbina o Barbie la patinadora entre 2000 y 2002.

A partir de ahí comenzó su carrera cinematográfica en mediocres producciones que no destacan por la calidad, de ahí que sea normal que la actriz se tenga que despelotar para atraer otra clase de público que palíe los escasos resultados en la taquilla.

Su trayectoria enseñando tetamen empezó bien pronto en la película El otro lado de la cama y la nefasta Semen, una historia de amor. Todo ello hipócritamente compaginado con su campaña contra las violencias machistas y el compromiso de los derechos de las mujeres.

Su mejor momento fue los 2000. Pero a partir del 2015 ya los papeles empezaban a escasear. La contrataban solo por su físico hasta que se aburrieron de verle el felpudo y pasó de moda.

Así que se hizo directora de cine. Escribió, dirigió y como no, protagonizó Requisitos para ser una persona normal. Tuvo cierto éxito, pero luego volvió a ver qué no llegaban papeles. Así que se hizo feminista y a presumir de liderar este movimiento encabezado por niñatas prepúberes, postadolescentes y calzonazos.

Allí donde iba daba la brasa con el feminismo. Volvieron a llegar los papeles y oportunidades. 
Ironías de la vida, dirigió una serie superfeminista de la muerte llamada Déjate llevar y despidió a una actriz por estar embarazada.
Ella lo achacó a un “error de comunicación”. Resulta que quería decir "a la puta calle" cuando dijo "ya te llamaremos". El caso es que, de haber sido un director hombre, ella misma hubiese encabezado el linchamiento y las peticiones al boicot contra él.

En 2019 participó en la ópera primera de Inés de León. Una película subvencionada hasta las cejas (tres millones) que solo recaudó 300.000.
Mucho tiene que ver que su personaje insufrible.

Llegarán más fiascos, ya que gran parte del público la odia y si ella misma no se toma en serio nadie lo hará.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Paja y dos vasos de agua

Isabel Díaz Ayuso

Antonia San juan