Jar Jar Binks
Misa practica sexo más que tusa |
Jar Jar Binks es una insoportable criatura rastafari del planeta Naboo, de las más odiadas de toda la galaxia conocida y probablemente mucho más allá.
Se cree que es descendiente de Ronaldinho y un caracol o babosa cerebral.
Habla como Fofito y no es que no se le entienda, es que resulta irritante y de hecho hay quien sospecha que La guerra de las galaxias comenzó cuando un sith lo conoció y de hecho, él fue uno de los culpables.
Su particular lenguaje entre callejero e indígena, ese humor de negrito zumbón imitando a Eddie Murphy o Chris Rock y llevar chaleco hace que muchos quisieran matarlo. Es tan insoportable que hasta fue expulsado de la comunidad gunga por torpe y pesado, incluso George Lucas, no dudó en hacerle el vacío.
Es bastante reticente al hablar de su exilio y le quita importancia al hecho de haber inundado la mayor parte de la mansión del jefe Nass y varias burbujas adyacentes cuanto trabajaba de camarero en una fiesta de la alta sociedad, y eso solo para empezar. De hecho, si vuelve por allí le espera la muerte.
Esta especie de bicho, sobrevive solo en los pantanos comiendo crustaceos crudos y lo que encuentra en la ciénaga.
Biografía
Hijo de George R. Binks, nació en Otoh Gunga, fue educado en la tradición de su familia para ser un gran ballenero como sus ancestros lo fueron por cientos de años. Sin embargo, debido a su torpeza e ineptitud, nunca pudo convertirse en lo que su padre quiso que fuera.
Una vez, en una expedición para buscar una ballena en los mares del sur de Naboo George ordenó a su hijo sostener el timón, pero lo dejo ir y la nave chocó contra la ballena, hundiéndose hasta el fondo del océano. Su padre lo desheredó y su madre, bien gracias.
Vida en Otoh Gunga
Jar Jar fue expulsado de todas las escuelas y como sus padres no le dejaban volver, tuvo que trabajar.
Le echaban de todos lados, incluso de finiquito le escupían.
Una vez fue músico callejero, hasta que un transeúnte le pagó para que dejara de tocar. Allí fue cuando lo descubrió Roos Tarpals, un ladrón local. Le dieron el trabajo de vigilar a las patrullas de seguridad mientras Tarpals y su banda hacia unos trabajitos. El chollo se le acabó cuando Tarpals se alistó en el Grán Ejército Gungan. La banda pronto se disperso y Jar Jar comenzó de nuevo a buscar su lugar en la vida.
Después de el hundimiento de la república siguió sirviendo a los sith.
El Jefe Rugor Nass, gobernante de Otoh Gunga, le dio un nuevo empleo a Jar Jar, en parte por respeto hacia sus padres y en parte por la petición del ahora Capitán Tarpals. Es lo que se conoce como enchufismo crónico.
Jar Jar dejó escapar a todos los animales del Otoh Gunga Zoo, el jefe Nass lo sentenció a seis meses de trabajos forzados. Después, el Jefe Nass dio una fiesta en su mansión dio a Jar Jar un trabajo en la cocina. Pronto, Jar Jar destruyó el horno de gas. La explosión destruyó la pared de la burbuja e inundó la fiesta.
El jefe Nass decidió desterrarlo bajo pena de muerte si volvía, ya que la catapulta ya no funcionaba.
Bloqueo de Naboo
Habla como Fofito y no es que no se le entienda, es que resulta irritante y de hecho hay quien sospecha que La guerra de las galaxias comenzó cuando un sith lo conoció y de hecho, él fue uno de los culpables.
Su particular lenguaje entre callejero e indígena, ese humor de negrito zumbón imitando a Eddie Murphy o Chris Rock y llevar chaleco hace que muchos quisieran matarlo. Es tan insoportable que hasta fue expulsado de la comunidad gunga por torpe y pesado, incluso George Lucas, no dudó en hacerle el vacío.
Es bastante reticente al hablar de su exilio y le quita importancia al hecho de haber inundado la mayor parte de la mansión del jefe Nass y varias burbujas adyacentes cuanto trabajaba de camarero en una fiesta de la alta sociedad, y eso solo para empezar. De hecho, si vuelve por allí le espera la muerte.
Esta especie de bicho, sobrevive solo en los pantanos comiendo crustaceos crudos y lo que encuentra en la ciénaga.
Biografía
Hijo de George R. Binks, nació en Otoh Gunga, fue educado en la tradición de su familia para ser un gran ballenero como sus ancestros lo fueron por cientos de años. Sin embargo, debido a su torpeza e ineptitud, nunca pudo convertirse en lo que su padre quiso que fuera.
Una vez, en una expedición para buscar una ballena en los mares del sur de Naboo George ordenó a su hijo sostener el timón, pero lo dejo ir y la nave chocó contra la ballena, hundiéndose hasta el fondo del océano. Su padre lo desheredó y su madre, bien gracias.
Vida en Otoh Gunga
Jar Jar fue expulsado de todas las escuelas y como sus padres no le dejaban volver, tuvo que trabajar.
Le echaban de todos lados, incluso de finiquito le escupían.
Una vez fue músico callejero, hasta que un transeúnte le pagó para que dejara de tocar. Allí fue cuando lo descubrió Roos Tarpals, un ladrón local. Le dieron el trabajo de vigilar a las patrullas de seguridad mientras Tarpals y su banda hacia unos trabajitos. El chollo se le acabó cuando Tarpals se alistó en el Grán Ejército Gungan. La banda pronto se disperso y Jar Jar comenzó de nuevo a buscar su lugar en la vida.
Después de el hundimiento de la república siguió sirviendo a los sith.
El Jefe Rugor Nass, gobernante de Otoh Gunga, le dio un nuevo empleo a Jar Jar, en parte por respeto hacia sus padres y en parte por la petición del ahora Capitán Tarpals. Es lo que se conoce como enchufismo crónico.
Jar Jar dejó escapar a todos los animales del Otoh Gunga Zoo, el jefe Nass lo sentenció a seis meses de trabajos forzados. Después, el Jefe Nass dio una fiesta en su mansión dio a Jar Jar un trabajo en la cocina. Pronto, Jar Jar destruyó el horno de gas. La explosión destruyó la pared de la burbuja e inundó la fiesta.
El jefe Nass decidió desterrarlo bajo pena de muerte si volvía, ya que la catapulta ya no funcionaba.
Bloqueo de Naboo
Durante la invasión de Naboo, Qui-Gon Jinn se encuentra con este y lo salva, algo que como Jedi debía haber presentido como un error. Después de eso le persiguió por todos lados. Para colmo, fue enviado a Coruscant como representante de los Gungan ante el Senado Galáctico, terminando por remplazar a la senadora Padmé Amidala en su rol de casos extremos.
Representa la estafa en que se ha convertido la política que llegan a sus puestos con curriculums falsos y engordados. Que una criatura así represente al ciudadano medio de cualquier planeta es un insulto que muestra la decadencia política de nuestra universo.
Una de las pocas decisiones que toma Jar Jar fue servir en bandeja a Palpatine el poder absoluto, lo que le permite hacerse con un ejército de clones lo bastante grande como para exterminar a casi toda la orden Jedi, manipular a su antojo a Anakin Skywalker para pasarlo al lado oscuro y, en última instancia, proclamarse Emperador de toda la Galaxia.
Muerte
Jar Jar Binks fue congelado en una placa de carbonita en una sala de trofeos del Capitan Imperial Ozzik Sturn en el planeta Kashyyyk, junto a las cabezas de otras muchas criaturas, tales como Poochie, Scrappy Doo y otros seres que esperemos nunca nadie los rescate, por el bien de la humanidad y su cordura. Tuvo un hijo llamado Abso Bar Binks que se unió a la creciente rebelión como parte de la tripulación del Tantive V. Esperemos que haya muerto en alguna misión suicida, porque hay genes que deberían desaparecer de la faz del universo.
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