Imanol Arias
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Cago en la leche, Merche |
Pasó de simpatizante de la izquierda abertzale a renegar de todo lo vasco a ser de la órbita del PSOE y ser miembro del Sindicato de la ceja.
Era un intocable, como Cayetana Guillén Cuervo. Cuando llegó la derecha fue más rajoyista que Rajoy y renegó del clan de la ceja.
Biografía
Vino al mundo el 26 de abril de 1956 en Riaño, León, localidad que desde entonces ha negado cualquier responsabilidad. Desde pequeño demostró una gran habilidad para mirar intensamente a las personas sin decir nada coherente, talento que más tarde explotaría en televisión.
Tras descubrir que no servía para el fútbol ni para la minería, decidió dedicarse a algo más estable: el mundo del espectáculo.
1970s–1990s
Se muda a Madrid y empieza a actuar en teatros, cortometrajes y barras de bar. Su cara de sufrimiento elegante lo convierte en favorito para papeles de revolucionario, poeta o novio que llora mucho.
Su primer gran salto al estrellato vino con películas de cine social, donde interpretaba a obreros muy sensibles o a tipos torturados por el franquismo y por sus propios peinados.
Tuvo su apogeo cinematográfico en los años 80 y 90, momento en el que podía fumar en pantalla sin que nadie lo señalara por ello, y donde la intensidad facial era un mérito interpretativo.
Carrera en televisión
A principios de los 2000 se convierte en el padre de España gracias a su papel en Cuéntame cómo pasó, una serie que nunca acababa, como el franquismo, el bipartidismo o las cenas familiares incómodas.
Durante más de dos décadas, Imanol interpretó a Antonio Alcántara, el español medio que pasaba por todo lo malo de la historia reciente sin despeinarse… salvo cuando el guion lo exigía. El personaje envejecía, pero el bigote permanecía inmutable. Muchos sospechan que tiene nombre propio y agenda política propia.
Ideología
Imanol ha navegado por el espectro ideológico como un turista sin mapa.
De joven, simpatizaba con la izquierda abertzale, porque quedaba bien en festivales.
Luego renegó de todo lo vasco en una entrevista, por si acaso.
Más tarde se unió al Sindicato de la Ceja, aquel club de artistas progresistas que apoyaban al PSOE con sonrisas, cejas arqueadas y subvenciones implícitas.
Finalmente, cuando el PSOE cayó en desgracia, Imanol se volvió más conservador que una taza de porcelana de la abuela, y terminó pareciendo más rajoyista que el propio Rajoy.
Intento de ser Presidente de la Academia de Cine (Epic Fail Edition)
Tras la dimisión de Álex de la Iglesia, se barajó su nombre como posible presidente de la Academia de Cine. Imanol, ante la oferta, contestó con una mezcla de lucidez y sinceridad inusual en el gremio:
“¡Cago en la leche, Tony, te tengo dicho que no hables de política en la mesa!”
Rechazó elegantemente el marrón, alegando que para meterse en broncas institucionales sin cobrar en B, prefería quedarse en casa rascándose el bigote. Sabía que liderar la Academia en ese momento era como capitanear el Titanic con la orquesta ya ahogada.
El drama fiscal
En un giro de guion que ni la propia serie Cuéntame se atrevió a incluir, Imanol fue acusado de evasión fiscal junto con su compañera Ana Duato. La realidad superó la ficción y quedó claro que algunos patriarcas televisivos solo pagan impuestos cuando hay cámaras.
Durante el juicio, se defendió con solemnidad y cara de pena, con la misma expresión que usaba cuando a su personaje le subían la hipoteca.
Legado
Hoy en día, Imanol Arias sigue siendo un icono:
Para algunos, un gran actor.
Para otros, un actor que estuvo en Cuéntame mucho más tiempo del necesario.
Para los más jóvenes, un señor que parece salido de un meme de padres boomer.
Sigue dando entrevistas que oscilan entre la filosofía de bar y el manifiesto electoral, y aún no se descarta que vuelva a la política si le ofrecen un cargo con calefacción.
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