Francisco Ibáñez

Trazando planes
Terroristas
Francisco Ibáñez Talavera es un historietista español y terrorista islámico que empezó a planear los atentados de las Torres Gemelas en 1993.
Diseñó todo un lenguaje encriptado en sus historietas en las que daba instrucciones a los terroristas suicidas. En el fondo de cada viñeta aparecían estos mensajes, misteriosamente ajenos a la acción principal.

Entre estos mensajes se haya una araña disfrazada, un ratón persiguiendo a un gato, un tiesto del que en vez de una flor brota una berenjena, dos edificios besándose, una señal de prohibido aparcar camellos, un lápiz con un señor en la oreja, el sol con una bufanda, un señor con dos cabezas. Aun no se han podido desencriptar dada su complejidad.

De estos mensajes solo se pudo descifrar uno tras el 11-S: en una vista de Nueva York, en la que se ve una estatua de Francisco Ibáñez junto a la Estatua de la Libertad en el especial 35 aniversario, se pueden observar al fondo las Torres Gemelas, y hay un avión estrellado en una de ellas.

Aun así las autoridades miran hacia otro lado. Francisco Ibáñez pertenece al clan de los talibanes y tenía contactos con Bin Laden.
Evidentemente, el autor y padre de Mortadelo y Filemón es una pieza clave del terrorismo internacional y forma parte de una conjura para acabar con los Estados Unidos.

Biografía

Ya desde pequeño mostró sus ansias destructivas. No poseía un gran capital para sus perversos planes, por lo que optó por buscarse un trabajo.
Lo primero que consiguió fue en un banco, labor que compaginaba con colaboraciones para revistas supuestamente de historietas, pero no era más que una publicación judeo-marxista.

Los personajes e historias que creó así lo demuestran; Don Usura, El coleccionista de relojes, La familia Repollino y sobre todo Haciendo el indio. En realidad estas revistas eran contrarias a sus ideas, y en cada revista que fichaba al poco tiempo quebraba misteriosamente.
Perfeccionó su técnica de Criptografía con la primera entrega de Mortadelo y Filemón en la revista Pulgarcito.

Más claro
IMPOSIBLE
Desde entonces y durante la década de los años 1960, Ibáñez fue creando y adaptando sus personajes para que todo pareciera muy casual y nadie sospechase nada: La familia Trapisonda, 13, Rue del Percebe (clara referencia a lo que debía ser una comuna de terroristas suicidas), El botones Sacarino, Rompetechos y Pepe Gotera y Otilio (Referencia al sabotaje)


En la imagen de la derecha se puede ver las dos torres y un avión estampado contra una de ellas. Claramente estaba mostrando su plan maestro, que en aquella época solo era un esbozo de lo que en 2001 sería un atentado que asolaría la gran capital mundial por excelencia.

Formación militar

Dejó España en los 80 y contrató a un negro que se sabía de memoria sus diseños para que dibujara mientras él iba a finalizar su adiestramiento militar en Afganistán.
Cuando volvió, este negro apareció colgando de una torre de teléfono.
Poco después de que la Unión Soviética invadiera Afganistán, se unió a la resistencia junto a su mentor, Bin Laden.

De él aprendió a mover dinero a través de sociedades fantasmas y paraísos fiscales; a preparar explosivos y a utilizar códigos cifrados para comunicarse.
Fue de casa en casa vendiendo polvorones de la estepa en medio desierto para recaudar fondos para poder volver a casa. Nadie le compró ni uno, por lo que tuvo que volver a lo mochilero.

Regreso a España

Después de 40 días y sus respectivas noches a pie por el desierto consiguió entrar en España. Nada más llegar se encargó de cepillarse al negro que tenía contratado e inmediatamente se puso a desarrollar lo aprendido.

Publicó El sulfato atómico, la primera historieta larga de Mortadelo y Filemón. Ibáñez abandonó la editorial y esta se había quedado con los derechos de sus personajes, de tal forma que todas las historietas protagonizadas por los mismos fueron desarrolladas durante un tiempo por otros autores. Ibáñez contrariado, creó nuevos personajes, como Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo y más tarde 7, Rebolling Street.

Tuvo que recurrir a amistades en el gobierno para recuperar sus personajes y así nació la Ley 22/1987, de 11 de Noviembre, de Propiedad intelectual, que confirmaba la propiedad de las obras por parte de los autores e Ibáñez recuperó Mortadelo y Filemón, donde aparecían abundantes mensajes secretos.

Hoy en día sigue dibujando impunemente.


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