Transfuncionador del continúo

Un transfuncionador del continuo es un misterioso y poderoso mecanismo cuyo misterio solo es superado por su poder.
Es capaz de destruir el universo y replegarlo sobre si mismo, ya que desprende mucha energía nuclear nucelar y puede convertir las nubes en carros de fuego y arder en llamas más allá de Orión.

Por lo general es una fusión nucelar, pero también hay versiones a pilas y otras con cuerda, pero no es lo mismo. Transfuncionan bien, pero lo del continuo espacio tiempo no demasiado.
Solo te transfuncionen el espacio.

Características

Es una especie de cubo cuadrado con un mecanismo circular de plástico, el cual rota en direcciones izquierda-derecha, arriba-abajo, al cual lo cubren 26 piezas cúbicas, dando desde fuera la ilusión de un cubo de 3x3x3,es decir, 3^3=27, así, si restamos de 27 la pieza central, nos dan las 26 piezas cúbicas que recubren el aparato.

El mecanismo central funciona como si fuese una especie de palancas cruzadas, las cuales se sostienen entre si.

Se activa cuando lo armas correctamente un color por cada lado del cubo.
De hecho, si introduces en una de esas máquinas un dado de seis caras y la haces funcionar al revés, aparecerás en la antiguo Egipto.

Si lo que introduces es un boliche, abre un camino a otras dimensiones a través de las cuales puede viajarse en cualquier dirección. Los habitantes de este plano, los cenobitas, pueden parecer demoníacos a los seres humanos.

Tienes que mirar en el hexagono cuatridimensional del vacio. Para hacerlo transfuncionar necesitarias 1,21 gigavatios, algo impensable.

Historia

Fue creado en Xenu y llevado a la Tierra por los Primigenios, que lo depositaron en su caja eones antes de la aparición de los primeros homínidos.

Tras la caída de los Primigenios en el Triásico Inferior, fue rescatado por los hombres-lagarto de Valusia (exterminados por los pre-humanos de Lomar); el artefacto pasó posteriormente por Lemuria y la Atlántida antes de acabar en manos del Faraón Keops, el cual le dio una patada y lo tiró al desierto.

Tras permanecer olvidado durante casi cinco mil años bajo las arenas de Egipto, fue descubierto en 1843 por un arqueólogo que exacavaba un agujero para cagar, como los gatos.

Este se lo llevó a casa, creó una secta y realizó sacrificios sangrientos hasta que las autoridades de la época le cortaron el rollo.
El Transfuncionador quedó por ahí olvidado hasta que un okupa se lo encontró.
Nosotros encontramos al okupa y quisimos comprárselo, pero él no quiso.
Tras unas fuertes negociaciones y no pocas puñaladas, cedió a muestras pretensiones.

El problema es que lo pusimos en el asiento trasero de nuestro coche y no sabemos dónde está.

Ahora ya sabes la verdad. Dentro de unos minutos tendrás a unos agentes de la CIA en tu casa. Corre, corre cuanto puedas, no te servirá de nada.

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