Grito sordo

El Grito sordo es un típico grito eufórico canario.

Es como escuchar el circuito de Jerez con los oídos taponados o como los gritos de las almas errantes del limbo.

Tiene su origen en los primeros aborígenes canarios. Más en concreto del Mencey Ignacio Semidán, un día que se pillo los huevos con unas piedras mientras cagaba. Poco después murió.

Néstor de la Torre hizo una pintura de él con el pene fuera. César Manrique hizo un dibujo de mierda y Martín Chiringo le hizo una estatua en una rotonda de Las Remudas que duró 3 días, ya que era de cobre y eran los 80. Mala combinación.

Aunque la historia del Grito sordo pueda parecer algo grotesca, lo cierto es que se ha convertido en una parte importante de la cultura canaria y es muy valorada por los locales.

De hecho, existe una leyenda que dice que si escuchas el Grito sordo tres veces seguidas, tendrás suerte en el amor durante el resto de tu vida. Claro que, para escucharlo, tendrás que estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y tener unos oídos resistentes.

Además, también se ha convertido en una expresión de alegría y júbilo entre los canarios. Si alguien quiere demostrar que está disfrutando de la vida al máximo, solo tiene que soltar un buen Grito sordo y los demás sabrán que está pasándolo en grande.

Aunque pueda parecer un fenómeno extraño y un tanto escatológico, es una parte importante de la cultura canaria y si tienes la oportunidad de escucharlo, no dudes en disfrutar de esta curiosa experiencia sonora

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