Babia

Babia es un pueblo de la República Democrática del Congo donde los reyes de León poseían un palacio en esta zona donde pasaban largas temporadas, sobre todo en la época estival.
Perfecto para hacer pruebas nucleares según expertos.

El más famoso del pueblo, porque hacía algún tiempo había trabajado en televisión del Congo fue Alfonso Fantabuena.

Es una potencia turística de primer orden, aunque el hostal nunca esté completo. El turismo allí es un diamante en bruto, tan bruto como el herrero cuando usa herraduras para hacer pírsines y colapsar el hospital.

Los Babianos son gente amable que te invitarán a que conozcas todos y cada uno de los rincones de Babia. De hecho, el que se encarga de levantar las piedras para ver lo que hay debajo, es el heroe local.

Quieren hacerte participe de todas sus costumbres. Y lo que es peor es que quieren dejar constancia. Eso no seria tan grave si no fuera porque no tienen cámaras de fotos. Así que para dejar constancia tienes que coger un pedrusco del tamaño de los huevos del alcalde y sujetarlo en alto mientras os dibujaba el artista del pueblo.

El artista del pueblo que, curiosamente, era también el borracho del pueblo y que, después de una hora sujetando el pedrusco en alto, el muy imbecil suele pintar solo la piedra.

Los hombres van ataviados con el traje típico de extraterrestre, compuesto por una bolsa de basura y dos antenas de papel de plata. Las mujeres van desnudas, como manda la tradición, aunque las más recatadas cubren sus vergüenzas anudando el pelo púbico, el de las axilas y el del bigote, formando un curioso chaleco capilar.