Farruquito

Como sigas mirándome
Te atropello payo
Juan Manuel Fernández Montoya, más conocido como Farruquito es un bailaor gitano de flamenco, y atropellador de personas.

Nacido en Sevilla en 1982. Heredero de una escuela única fundada por Farruco, su abuelo, ha pasado toda su vida bailoteando y no trabajar.

En 2005 se saltó un semáforo con pértiga, cayendo su coche sobre un viandante para después salir corriendo a la oficina más cercana del Guinnes para registrar su récord.

En un primer momento Farruquito actuó con toda frialdad llevando a reparar la pértiga y el coche que se le había roto al intentar batir su propio récord de salto de semáforo con coche y pértiga.

Posteriormente se dió cuenta que había matado a un señor y le echó la culpa a su hermano pequeño buscando con ello aprovecharse de la Ley del Menor, pensando que sería más beneficiosa para su hermano, y sobretodo para él. Sólo cuando la policía vió la foto de Farruquito saltando con su coche ese semáforo en el récord guinnes de salto de semáforos con pértiga Farruquito confesó que él había sido él.

La juez inexplicablemente no se impresionó por la proeza atlética y se centró solo en el atropello y le condenó.

Farruquito rechazó sustituir los tres años de cárcel por multa o trabajos comunitarios, ya que se había pasado toda la vida sin trabajar y que era muy tarde para empezar.

Tras conocer la sentencia impuesta, el propio Farruquito la calificó como justa y declaró sentirse emocionado por servir de ejemplo a su país en la lucha por la erradicación de los atropellos de las carreteras españolas. Dicho esto, no dudó en atropellarse a si mismo con una apisonadora ante el asombro general.

Tras salir de la cárcel no fue fácil convencerle para que condujera un fórmula 1 sin necesidad de conseguir el correspondiente carné (superlicencia) ni su pértiga, pero al final aceptó a cambio de que a través de la radio de equipo se escuchara Navajita Plateá y Triana.
Pero esa carrera se frustró cuando en la vuelta de calentamiento atropelló a tres comisarios y darse otra vez a la fuga.

Entonces decidió volver a a bailar y colgó los guantes de conducir. Menos en Japón, que los muy quisquillosos no dejan entrar a asesinos a su país.

Su primera actuación tras su salida de la  carcel fue en el Teatro Pello.

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