Màxim Huerta


Máximo Huerta anteriormente conocido como Prince Màxim Huerta Hernández es un ex periodista español y actual singermornig. Conocido como El mariquita, El Defraudador y El breve.

Su salto a la tele fue en 1997 en Canal 9. Se cambió el nombre a Maxim para pasar por el aro de los nacionalistas valencianos.

Comienza a trabajar en Telecinco en 2001. Un año después da el salto a la emisión a nivel estatal al convertirse en uno de los rostros del noticiario Informativos Telecinco, en los que permanece tres años.
Sus informativos carecía de la sección de deportes por que como buen gay no le gustaba el fútbol y lo consideraba una cosa sin importancia... aunque le importaran a millones de españoles, eso a él le daba igual.

En 2005 hartos de sus gilipolleces le echaron de los informativos y lo recogió Ana Rosa Quintana para su programa El programa de Ana Rosa, donde estaba como pez en el agua haciendo el gilipollas y demás mariconerías en las tertulias menopausicas.

Telecinco rescindir el contrato con Màxim Huerta ya que Ana Rosa Quintana ya habría decidido estaba ya cansada de verle arrastrarse y quería ver a uno nuevo arrastrándose.

Se fue a vivir al centro de Madrid, por lo que cada mañana se encuentra con unas cuántas prostitutas, drogadictos y gays. Su portal olía a incienso y se llenó de señores que parecían tener mucha prisa. Resultó que habían montado allí un piso de prostitutas orientales.

Acabó en la radio con Ana García Lozano totalmente olvidado.

Hasta que por alguna razón, Pedro Sánchez le nombró ministro de cultura y lo que es peor, de deportes. Aquello que despreciaba en sus informativos.
Eso sí, el cargo le duró una semana, ya que salió a la luz que eso de pagar a Hacienda no le gustaba. Fue sustituido por Belén Esteban José Guirao.

Eso sí, Sánchez regaló un programa en TVE para lavar sus pecados fiscales en el que cobraría hasta cuatro veces más que como ministro.
Un infame programa en el que lo primero que hizo fue llorar como una magdalena recordando cómo le mandaron a casa apenas cinco días después de haberle nombrado ministro de Cultura. Curioso que lo echasen por evadir impuestos y le dieran un programa pagado con los impuestos de todos.

El programa fue un fiasco y las audiencias fueron una mierda. No encontró nunca el tono. Era un batiburrillo que iba desde hacer llorar a una niña que iba a Eurojunior hablando de amor en España a llevar tertulianos para no decir nada. Pero lo renovaban una y otra vez. Defraudó a Hacienda y a TVE.

Luego se cambió el nombre a Máximo recuperando el nombre que le cambió un lingüista del canal valenciano.

Tras esto solo nos queda alegrarnos de que no siguiera de ministro, pues si una simple lingüista de una cadena de televisión es capaz de cambiarle el nombre y seguir con él durante años, podemos imaginar cuál es su voluntad.

Pero la suerte se le acabó pronto y lo echaron del programa. Igual ahora vive honradamente y no sableando el dinero de los contribuyentes con su mierda de programa y que le peten los miles de euros que se llevó calentito en el culo.

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