Barei
Soy la numer Güan |
Pertenece a la familia de los Reyzábal, dueños de un imperio inmobiliario, que poseía entre otros el edificio Windsor, productores de películas y explotadores de salas de cine y fiesta de Madrid.
Tomó el
Biografía
Con solo 18 años se presentó al Festival de Benidorm junto a otro chico con un grupo llamado Dos puntos y lo ganó desafinando de lo lindo.
Realmente quedaron segundos pero los primeros fueron descalificados por hacer trampas y llevar un tema ya editado hacía tres años.
Se fue a Miami donde grabó un disco y tan bueno que era que decidió no editarlo, no fuera que arrasase en las listas y se tambaleara la economía mundial.
Guardó ese disco en un almacén junto al arca de la alianza y nunca ha visto la luz.
Sacó su primer disco Billete para no volver que nadie compró.
Tras eso, se pone a componer singles sueltos en inglés.
Lo intentó de nuevo con Throw The Dice, pero en inglés tampoco funcionaba.
Say... ¡Ayyyyyy! |
Tuvo dividido al país por su movimiento de pies epilépticos.
Si Chikilicuatre bailó el crusaito, Barei bailó el parabrisas.
Actuó maquillada y peinada como un travesti atropellado y quedó en un puesto 23, aunque tampoco merecía tan poco. Y claro, actuando después de que Rusia se viniera arriba plagiando el Heroes de Måns Zermerlöw, pues lo de Barei supo a poco y el truco de la caída quedó de aquella manera.
Tras Eurovisión la contrató Universal music.
Sus singles entran en Los 40 Principales pero no en el top 100 español, cuando hasta Manel Navarro lo había logrado.
Además, sus canciones para Brequette no llegaron ni a la semifinal de Eurovisión 2017.
Desde 2018 empezó su caida definitiva. Compuso 10 canciones para que la seleccionaran para que los concursantes de OT la defendieran para Eurovisión, pero no eligieron ninguna.
Sacó al mercado Your number one que fue un flop de los grandes. Su puesto real en lista estuvo lejano a ese del título. Tanto que ni apareció en ella.
Algo que ya se veia venir, ya que no se coló en el top200 de iTunes con su último single, U#1. Es decir, que no vendió ni 3 copias.
Que en la carátula del disco posase delante de una ducha, y en la esquina derecha apareciera un retrete ayudó mucho a espantar a los compradores.
Si no se hubiera gastado un dineral en anuncios online, hubiera podido contratar un fotógrafo.
Pero quedó embarazada. De modo que, después de la firma de discos que organizó, los dos shows que tenía en Barcelona y Madrid quedaron convenientemente cancelados.
Considerando el impacto comercial del álbum, estaba teniendo problemas para llenar y le vino de perlas.
Hoy en día lo sigue intentando.
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