Ángel Gabilondo
Toda su carrera docente universitaria se ha desarrollado en la Universidad Autónoma de Madrid.
Después de aburrir a todos sus alumnos, en 2009 fue nombrado ministro de Educación por el Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, ya que le convenía que hubiese tensión. No consiguió gran cosa y el crédito de un honrado profesor de Metafísica se fue por el sumidero.
En 2015 fue nombrado como candidato para la presidencia de la Comunidad de Madrid por el PSOE. Tampoco hizo nada relevante.
En las elecciones a la Asamblea de Madrid de 2019 repitió, ya que a todos les pilló a pie cambiado después del Ayuzazo. Pedro Sánchez sabía que estas elecciones las tenía perdidas y no quería quemar a un buen candidato, así que puso a este lameojales para que pase el trámite y poco más.
De hecho, presentó una moción de censura cuando Errejón ya había presentado una y Ayuso había convocado elecciones. Tardó tanto que igual la presentó contra Cifuentes o Leguina.
Luego tenía tal lío que empezó a hacer un listado de promesas electorales que se contradecían unas a otras. Que si subida de impuestos, que si bajada, que no pactaria con Podemos, luego que sí.
Se hizo tal cacao mental que solo le faltó prometer convertir a Madrid en sede de los Juegos Olímpicos de 2012 o contruir Eurovegas.
Tuvo el peor resultado del PSOE en su historia y ni se molestó en recoger el acta de diputado y Pedro Sánchez lo abandonó en una gasolinera.
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