Alberto Garzón

Alberto Garzón es el político más tonto, inútil y rastrero de toda la historia de España. De dignidad tampoco anda muy sobrado. Eso sí, como trepa que mira por su culo, está entre los mejores.

Otro comunista caviar y aburguesado capaz de irse de luna de miel a Nueva Zelanda y otros países​ y pedirte que ni se te ocurra comerte un chuletón, que es malo para el medio ambiente no meterse en una consultora por la puerta giratoria de atrás sin pestañear.

Estudió en una universidad economía. Debió saltarse algunos cursos.

Se afilió a Izquierda Unida con 18 años y en 2016 fue elegido coordinador federal de IU. Cómo es posible que acabase de líder del partido alguien con indigencia mental, resume bastante la ponzoña en la que se han convertido 

Llevó al partido a casi desaparecer. Tuvo un golpe de suerte con el 15M y pudo estirar el chicle un poco. Luego tuvo que fusionarse con Podemos para sobrevivir ambos a la desaparición.

Estaba con Izquierda Unida absolutamente acabado tanto él como su partido y se entregó al enemigo para darle vaselina a Pablo Iglesias y sujetarle la chorra los carteles en sus mítines y charlas. Le dejaba ponerse a su lado para que no se quejase, pero no le dejaba decir ni media palabra.

La jugada le salió tan bien que ni él mismo debe creérselo.

Pedrito Sánchez le dio un ministerio para que se entretuviera un rato. Le dio el de Consumo para reírse de él, pero como como él es muy tontito no se dio cuenta del troleo o no tuvo dignidad para rechazarlo. No le dio el Ministerio de Andares tontos porque igual se daba cuenta del troleo.

Eso sí, se notó su excelente gestión. Inició una cruzada contra las casas de apuestas y venció aumentaron el número. Quiso ponerle coto y los señores de los dineros gordos le dieron semejante colleja, que al terminar de dar vueltas ni se acordaba de su apellido.

Lo mejor es que sus idas y venidas hizo ganar un pastón a los que pretendía desincentivar: los especuladores.

Por lo menos descubrió que existen frutas de temporada ha sido todo un hallazgo y ahorró a todos los españoles una búsqueda de Google por el módico precio de 41 millones de euros al año, que es lo que cuesta su puto ministerio.

Cuando el barco se hundía, fue proponido propuesto para las elecciones andaluzas, pero las encuentas debieron ser catastróficas su labor recomendando la fruta y verdura de temporada y prohibir cosas era demasiado importante como para abandonarla.

Mientras tanto, Su Sanchidad lo tuvo entretenido con su acoso a los ganaderos y una cruzada contra la carne para luego dejarlo en ridículo.

Luego comenzó su cruzada contra la banca y los abusos de las eléctricas los chuletones, donuts, phoskitos y tigretones o contra los juguetes.

Después de hundir a Izquierda Unida y Unidas Podemos y cuando el chollo de la política se le acabó, quiso entrar en el chiringuito la consultora de Pepiño Blanco. Una consultora que vela por los intereses de Marruecos. Ahora se entiende porque atacaba tanto al producto español.

Aunque a lo mejor Pepiño sólo lo iba a poner pone con la ropa de la Campsa  a llevar maletines por las gasolineras. Ya nunca lo sabremos.

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