Lenguaje inclusivo

El lenguaje inclusivo es una especie de idioma para los progres, inventada por feminazis con poca o ninguna utilidad a efectos de comunicación, solo para postureo político, planchabragas, ciudadanos o ciudadanas, señoras y señores, capullos y capullas. Es quizá el idioma más ridículo del mundo, incluso que el murciano.

Hay muchísimos problemas más urgentes y gente necesitada que lo está pasando realmente mal como para que se estén destinando partidas de dinero público a comisiones, libros y folletos promocianando esta gilipollez. 

No hay ningún clamor social para corregir la ley de la economía del lenguaje, que es que si puedes utilizar una palabra en lugar de tres, utiliza una.

Sus normas básicas consisten en poner una E si el término es masculino y si es femenino dejarlo tal cual.

Si el término es negativo, dejarlo en masculino.

Los que lo usan suelen dar mucha vergüenza ajena y hasta se lían ellos mismos poniendo E en donde no toca o se olvidan cuando toca.

Obviamente es innecesario la inclusión del doble género. Es decir, “todos y todas”, así como el uso del llamado “lenguaje inclusivo” que utiliza “x”, “@” o “e” en lugar del plural, es decir, “todxs”, “tod@s” o “todes”.

Por suerte esta moda pasará y solo la seguirán tres o cuatro locas y calzonazos.