Francina Armengol

Francina Armengol, conocida como "La reina del gin tonic" en su pueblo, es una política con pinta de Charo estándar protectora de las redes de pederastia del NWO español. Consecuencia de la idiocracia distópica que estamos viviendo.

Una persona que debería estar en la carcel, pero fue elegida como la tercera autoridad de España, tan sólo detras del rey y del presidente del gobierno. Es el vivo retrato de España, donde ser una inútil y lameculos es el mejor currículum para ascender.

Llegó a la presidencia del gobierno de Baleares en 2015 gracias a Podemos.

Durante dos legislaturas, se dedicó a decir que sí a todo el mundo y luego desaparecer, dejando que sus consellers se abrasasen, cocinados en su propia salsa. 

No se le recuerda en ocho años ni una sola intervención decisiva. 

Sí se recuerda su arresto domiciliario a la población mientras se iba de copas (muchas) y las restricciones plandémicas absurdas que destruyeron empresas. Excepto la de jardinería de su marido. Tan bien fue la empresa que compraron un chalet con vistas a la catedral.

Incluso prohibió reuniones, pasándose por el forro La Constitución española con tal de evitar protestas y manifestaciones. 

También tapó y se negó a investigar los abusos sexuales a menores tuteladas dentro de los centros de acogida cuando en teoría las víctimas estaban bajo la protección del Govern balear. Para colmo, al responsable del centro lo ascendió.

Luego mandó secuestrar a unos chavales menores de edad que estaban de viaje de estudios por el circo del Covid.

Tras su nefasta gestión, la pusieron en la calle en 2023.

Muchos pensaron que se dedicaría a calentar escaño con su pandero en la oposición. Sin embargo, el PSOE la propuso para presidir el Congreso. La razón es muy sencilla, su aforamiento evitaría que la imputasen por el caso de abuso de menores. Es tan descarado que da vergüenza, pero "Antonio" Sánchez no conoce la vergüenza.

Su presidencia promete ser la risión. Entre que es lela, permitir dialectos y lenguaje inclusivo. Eso si no le hacen control de alcoholemia antes de entrar en el congreso.

Nos espera, aunque pareciera imposible, la peor legislatura del gobierno de España de la historia.