Sarah Santaolalla

A mí Risto me
chupó un pezón 
Sarah Santaolalla es una periodista con pinta de muñeca hinchable defectuosa y cara de oler mierda que pasó de enseñar las tetas en TikTok a sentarse a debatir de geopolítica gracias a su pechonalidad y coñocimiento.

No sabe ni argumentar, sólo hacer el ridículo. 
Va con un guion mal aprendido y cuando se lo replican y desmontan cortocircuita.

Gesticula igual que Irene Montero y habla de feminismo y empoderamiento mientras se quita el vello que le ha quedado en la boca el día anterior.

Su destino hoy en día sería ganarse unos eurillos en Onlyfans enseñando sus mogambos o subiendo videos a Pornhub, pero le tocó la churra lotería gracias a la degustación adecuada del nabo viejo adecuado, lo cuál disparó su carrera.

Su expediente académico es un secreto bajo siete llaves. Teniendo en cuenta tuits antiguos con faltas de ortografía y obscenos, nos imaginamos que ni la ESO.

Dice tener formación en Comunicación Audiovisual y Derecho, lo cuál nos hace pensar que es un eufemismo de que inició esos cursos y no los terminó. Y a saber si son cursos reales. Teniendo en cuenta que no cita en que instituciones los cursó, nos inclinamos por el invent.

Estuvo en las listas del ayuntamiento de Salamanca por 2023, pero no consiguió entrar. Estuvo en paridas sociales que no sirvieron para nada, pero seguro que era de cara a la galería.

Risto Mejide, que andaba buscando chonis por Instagram la encontró y se quedó impresionado por su melonar currículum la fichó para su programa Todo es mentira.

Un día se enamoró a primera Visa vista de Javier Ruiz y él  se enamoró de sus tetas gordas licenciaturas y consiguió un puesto de tertuliana en el programa Su boca en la de todos En boca de todos donde hace el ridículo.


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