Fátima Báñez

Digamelón
Fátima Báñez García es una política que comparte estilista con Predator, famosa desde diciembre de 2011 por ser Ministra de Empleo y Seguridad Social del Gobierno de España en sustitución de Valeriano Gómez. 

Curiosamente no ha cotizado nunca en empresa alguna ni ha aprobado ninguna oposición para obtener un empleo público. 

Su curriculum "profesional" no comienza hasta 1997, cuando tenía 30 años. O tardó mucho en acabar los estudios o estuvo mucho tiempo sin trabajar. 

Católica practicante, muchos afirman que su verdadera inspiración laboral era el milagro de los panes y los peces: con una sola reforma, repartió trabajo entre muchos... aunque a jornada de dos horas y sueldo de ticket restaurante.

Biografía 

Nació en San Juan del Puerto (Huelva), en una fecha indeterminada de la historia reciente en la que aún no existía el concepto de "becario explotado", por lo que se perdió la experiencia laboral básica de su partido. Estudió Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales, también conocidas como "las dos carreras que te permiten hablar sin decir nada durante horas".

Su salto a la fama no vino por cotizar, trabajar o entender el mercado laboral, sino por su capacidad para aparecer en el sitio correcto del organigrama del PP justo cuando el barco necesitaba más violinistas que capitanes. En 2011, Mariano Rajoy la nombró Ministra de Empleo, lo cual causó más risas nerviosas en sindicatos que una reforma laboral escrita con emoticonos.

Carrera profesional

En su currículum se detecta una misteriosa laguna de 30 años, como si hubiera estado congelada en Carbonita. A los 30, por fin, empieza a trabajar (o al menos a aparecer en nóminas públicas), demostrando que la paciencia no solo es una virtud, también una estrategia política.

Su paso por el Ministerio de Empleo coincidió con la creación del concepto "empleo de Schrödinger": más contratos pero peores trabajos, más parados que nunca pero menos parados que ayer si se mira con los ojos cerrados. Bajo su mandato, España batió récords de temporalidad y precariedad, lo cual, para algunos empresarios, fue considerado un acto de filantropía inversa.

Legado

Al abandonar el cargo, el desempleo bajó. Aunque no por magia suya, sino porque muchos se fueron del país o empezaron a trabajar de riders por cuenta ajena pero con autónomo propio. En un movimiento de coherencia poética, fue sustituida por otra persona cuya experiencia laboral sí incluía trabajo de verdad, lo cual fue considerado "rupturista" dentro del PP.

Actualmente, Fátima Báñez se dedica a dar conferencias sobre el futuro del empleo... desde la comodidad de no tener uno.

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