Pamela Anderson

Pamela Anderson
es un símbolo sexual, activista animalista y estrella de cámara lenta.

De ella tenemos las series Los vigilantes de la playa y “V.I.P.”, disfrutamos de sus apariciones públicas y gozamos de su vida privada llena de enfermedades hepáticas, malos tratos, sextapes y bodas con rockeros greñosos. 

Sin embargo, nosotros que disfrutamos apaleando perros vagabundos en horas libres, aborrecemos su vertiente activista defensora de los animales y de la dieta vegana. Pero como aquí hablamos de tetas no podíamos obviar al gran icono de los 90.

Hoy sigue viva, legalmente, espiritualmente y posiblemente por intervención divina. Se ha reinventado como autora y actriz de teatro, aunque para muchos, seguirá siendo la emperatriz roja del slow motion, la musa de la playa infinita, y el último suspiro de una cultura que aún pensaba que el erotismo venía con bronceador.

Biografía 

Este ser fue construido en la Columbia Británica a partir de ADN canadiense, dos flotadores rojos, una suscripción vitalicia a Playboy y apariencia de estrella porno vintage. 
Desde pequeña dio señales de querer destacar: ya en la cuna llamaba la atención más que la bandera canadiense, y eso que ondeaba menos.

Fue descubierta por primera vez en un estadio de fútbol canadiense, esa modalidad deportiva diseñada para que nadie la vea. Alguien la enfocó con una cámara gigante mientras usaba una camiseta de cerveza y la humanidad decidió, en ese momento y sin referéndum, que esta mujer iba a ser famosa por razones misteriosas.

De Playboy a Baywatch

Saltó a la fama por la vía rápida: una combinación de curvas, lentes de contacto, y más portadas de Playboy que años tiene el calendario gregoriano. Nadie sabe si leía la revista, pero con verla ya era suficiente alfabetización visual para la audiencia.

Después llegó su papel icónico en Baywatch, la serie de socorristas que pasaban el 80% del tiempo corriendo en cámara lenta, el 10% mojados sin razón y el otro 10% intentando actuar. Pamela interpretaba a C.J. Parker, quien según el guion era una salvavidas, aunque en pantalla parecía más bien una modelo que se cayó por accidente en la playa y decidió quedarse a vivir.

En ese rol, redefinió el concepto de "actuar sin necesidad de mover la cara", convirtiéndose en la personificación del slow motion y en el protector solar oficial de las fantasías masculinas pre-internet.

El cine

Pamela quiso trascender su rol de vigilante playera con Barb Wire (1996), una película que intentó combinar feminismo, ciencia ficción y látex ajustado, y terminó generando más trauma que reflexión. El guion fue escrito, probablemente, por un mono con acceso a revistas de motocicletas y poca supervisión adulta.

Le siguieron varias películas de bajo presupuesto, series de aún más bajo presupuesto, y cameos en programas donde su única línea era "¡wow!" o "¿qué hay para cenar?". Lo cual, hay que decirlo, ejecutaba con convicción quirúrgicamente limitada.

Vida amorosa

Su historial sentimental incluye a Tommy Lee, baterista de Mötley Crüe, con quien protagonizó el primer sextape viral de la historia: Titanic, pero con menos ropa y más lanchas.

Kid Rock, quien parecía diseñado en un laboratorio para oler a cerveza rancia y patriotismo agresivo.

Rick Salomon, porque repetir errores es una forma de arte.

Jon Peters, matrimonio de 12 días que duró más que varias películas de Marvel.

Entre idas, venidas, bodas relámpago y divorcios preventivos, Pamela redefinió el amor como un deporte extremo con requisitos notariales.

Activismo

En un extraño giro de los acontecimientos, Pamela se transformó en una ferviente defensora de los animales y del veganismo. Apareció desnuda en campañas de PETA, lo cual confundió a millones: no sabían si estaban siendo educados o seducidos.

Se opuso públicamente al uso de pieles, la carne, el circo, la pesca, y cualquier cosa que no pudiera abrazarse sin culpa. El único animal que no protegió fue el ser humano que intentó restaurar Baywatch en forma de reboot.


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