Celia Villalobos
![]() |
Tras haber asado nivel de Candy Crush |
Es un caso único en la fauna política española: una mezcla de madre malhablada, exministra imprudente, activista animal y señora que podría pedirte fuego en mitad de un debate sobre presupuestos. Nunca pasará a la historia por su gestión brillante, pero sí por sus frases virales, su sinceridad brutal y su habilidad para poner los ojos en blanco.
Mientras muchos se esforzaban por construir una imagen seria y profesional, Celia iba por libre. Y quizá por eso, aunque muchos no la soporten… todos la recuerdan.
Biografía
Nació en Málaga y estudió en un colegio religioso, lo cual no impidió que desarrollara una actitud más propia de tertuliana de Sálvame que de política tradicional. En los años 80 se afilió a Alianza Popular, el partido fundado por antiguos ministros franquistas. Porque, claro, si vas a empezar en política, mejor hacerlo con señores que huelen a naftalina.
Fue diputada andaluza en el Parlamento autonómico, pero su salto a la fama nacional vino cuando la nombraron alcaldesa de Málaga en 1995, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo. Allí combinó su amor por la política con su pasión por decir burradas.
Ministra de Sanidad
Celia llegó al Gobierno de José María Aznar como ministra de Sanidad, un cargo que probablemente confundió con el de portavoz de Monsanto. Fue una firme defensora de los alimentos transgénicos, porque según ella, “yo me los como y aquí estoy”. Argumento científico donde los haya.
Su etapa como ministra estuvo marcada por polémicas sanitarias, frases que rozaban el surrealismo, y una relación tensa con el colectivo médico, alérgico a su forma de entender la salud pública como si fuera una barra de bar.
Duró dos años. Luego fue sustituida por Ana Pastor, alguien que al menos parecía haber leído un folleto sobre salud antes de entrar al ministerio.
Diputación
En sus múltiples etapas como diputada, Celia se ganó el corazón de la prensa por decir lo que pensaba sin pasarlo por ningún filtro. Su espontaneidad no siempre fue bien recibida. Llamó "gilipollas" a compañeros en plena sesión, defendió la ley antitabaco a la vez que fumaba como un camionero jubilado, y soltó perlas sobre los homosexuales que ni un cuñado en Nochebuena.
Pero nada la definió mejor que aquel momento de gloria en 2015, cuando fue pillada jugando al Candy Crush en su iPad durante un pleno parlamentario. Según ella, “estaba escuchando con una oreja y jugando con la otra”. La multitarea elevada a arte.
Tras retirarse de la política (bueno, más bien la fueron retirando), se reconvirtió en celebrity de plató. Participó en MasterChef Celebrity, donde mostró más pasión por las salsas que por los decretos. También ha aparecido en tertulias y programas, opinando de todo como si fuera la señora que se cruza contigo en la cola del pan pero con escaño vitalicio.
Celia, los animales
Villalobos es una conocida defensora de los derechos de los animales (ironías de la vida, porque con los humanos ha tenido menos tacto). Tiene un amor desmedido por los perros, a los que trata mejor que a algunos ministros. En una entrevista afirmó que “un perro nunca te traiciona, un político sí”.
Comentarios
Publicar un comentario
Puedes comentar si te ha gustado este blog o para insultar a su autora y decirle que este blog es una mierda. Tanta sinceridad puede llegar a que otros lectores se sumen a lo que es ya, un secreto a voces. La verdad duele.