Almohada

La Almohada es un utensilio que supuestamente sirve para que apoyes la cabeza al dormir o como arma bélica.

En realidad es el caballo de Troya del mundo textil.

La verdad, como el relleno de las malas almohadas, es más compleja de lo que parece.

Origen

Las primeras almohadas datan del 7000 a.C., pero aquellas eran de piedra y usadas por los sumerios para evitar que los escorpiones les subieran por la cara. Con el tiempo, la almohada evolucionó: primero con plumas, luego con espuma viscoelástica, y más recientemente con mentiras de marketing sobre "ergonomía cuántica".

Sin embargo, nuevas investigaciones del Instituto de Cosas Blandas pero Sospechosas revelan que la almohada no fue inventada por humanos, sino que se infiltró en la civilización disfrazada de confort, con la misión de recolectar sueños y clasificarlos por temas:

-Sueños eróticos van al Consejo del Edredón.

-Pesadillas van a TikTok.

-Sueños en los que te persigue una abuela con ruedas de patín van directo al Senado.


Se descubrió que su Labor oficial era sostener cabezas, pero que en realidad su labor real era espiar pensamientos nocturnos y sugerir argumentos a telenovelas.

Según informes de ex-almohadas ahora recicladas en sofás depresivos, su trabajo es más complejo de lo que parece. Mientras duermes, la almohada absorbe tus pensamientos inconscientes, filtra los aburridos e imprime los interesantes en una nube de algodón emocional, que luego ofrece a plataformas de streaming.

Si te suena ese capítulo de una serie que parece escrito por ti es porque fue vendido por tu almohada por 3.99€ y una funda nueva.

Cómo se acercaron a los humanos

Las almohadas llegaron una noche de insomnio universal. La historia cuenta que una mujer en Babilonia, tras tres horas sin dormir, deseó: “ojalá hubiera algo suave donde poner la cabeza sin que sea un gato con garras”. Y ahí apareció.

Desde entonces, se infiltran en juegos de cama, catálogos de Ikea y películas románticas como objeto de transición emocional.

Se reproducen discretamente cuando no las miras. Si alguna vez abriste el armario y había una más que la última vez… lo sabes.

Vida útil y signos de rebelión

Aunque la almohada tiene una esperanza de vida oficial de 2 años, suele vivir hasta los 12 por pura codependencia emocional. Sin embargo, con el tiempo, desarrolla síntomas de agotamiento profesional tales como: aplanarse emocional y físicamente.

Algunas incluso se fugan voluntariamente detrás de la cama para comenzar una nueva vida entre el polvo y las canicas perdidas.

Cómo mueren

Las almohadas mueren en silencio, como actores de fondo en películas de acción. Nadie asiste a su funeral, pero todos se dan cuenta cuando ya no están.

Algunas de reencarnan como cojín decorativo no funcional, otros se transforman en camas improvisadas para gatos, pero el más poético es la combustión emocional. Cuando ya no soportan más sueños inconclusos y simplemente se deshilachan de pena.







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