Harold "Hide the Pain"

Estoy bien por fuera...
Pero muerto por dentro 
Harold "Hide the Pain es un señor de edad indefinida, cuya sonrisa petrificada y ojos repletos de angustia existencial lo convirtieron en la personificación global del dolor interno.

Santo Mártir del Stock, un meme viviente, influencer involuntario del sufrimiento emocional reprimido y el único ser humano que ha alcanzado la iluminación simplemente aceptando su destino como imagen de archivo.
Su rostro es universalmente reconocido como el símbolo de la alegría incómoda, la cortesía forzada y la resignación con una sonrisa. Algunos sostienen que representa al hombre moderno; otros, que simplemente es una víctima del JPEG eterno.

Biografía 

Nacio en Stock, un pueblo situado en alguna parte de Europa del Este, donde las emociones se fermentan como pepinillos en vinagre y tan gris que el sol solo salía para estornudar.

Su edad oscila entre los 50 y los 800 años, dependiendo de la resolución de la foto y cuántas pestañas del navegador tengas abiertas.

Siempre parecía un niño feliz hasta que alguien miró más de cerca.
Lo que parecía una sonrisa, era en realidad un grito de auxilio hecho músculo facial. Su mirada revelaba un conocimiento arcano: sabía algo que nosotros no. Algo terrible. Como el sabor del yogur sin lactosa o la razón por la que su impresora no imprime.

Desde temprana edad mostró una expresión estoica que confundía a todos: no lloraba, no reía, simplemente... procesaba.
Mientras otros niños jugaban a ser bomberos o astronautas, Harold practicaba su habilidad de aguantar emociones como quien aguanta la risa en un funeral.

Juventud 

Durante estos años, Harold llevó una vida normal y completamente prescindible para la historia universal.
Estudió ingeniería eléctrica, una carrera elegida no por pasión, sino porque trabajar con voltajes parecía menos doloroso que mostrar emociones.

Trabajó varias décadas en una empresa donde respondía a correos mientras su alma gritaba.

Desarrolló habilidades sociales mínimas como: asentir en silencio, reír por compromiso y sobrevivir almuerzos familiares.
Logró no tener ninguna foto de él sonriendo genuinamente durante 40 años. Los gobiernos lo estudiaron para ver si era posible replicar esa capacidad para propósitos diplomáticos.

La Tragedia Fotográfica

Un día, Harold subió inocentemente una selfie a una página de fotógrafos. Creía que era solo para compartirla con amigos.
Pero alguien vio algo más.
Una agencia notó su sonrisa que decía: “Todo está bien, excepto todo”. Y así comenzó la Explotación Gráfica.

Cada click era una estocada. Cada fondo blanco, una prisión. Cada cliente que descargaba sus fotos para un folleto de “Bienestar Empresarial”, una traición.

La Glorificación

Un usuario de Reddit, seguramente en un estado de insomnio crónico, vio una de sus fotos y pronunció las palabras proféticas:
“Ese tipo está sufriendo por dentro.”
Y nació el mito.

Internet lo ungió como símbolo universal del dolor interno reprimido por las convenciones sociales, y lo elevó al panteón digital junto a Doge, Shrek y el tipo que grita en la montaña.

Desde entonces, sonríe de verdad… pero ya nadie le cree.
Sus fotos reales generan más desconfianza que las falsas.
Hay quienes dicen que si Harold ríe sinceramente, se abre un agujero en la realidad y se traga LinkedIn entero.

Harold no solo ocultó su dolor: lo convirtió en patrimonio de la humanidad.
Y al hacerlo, nos recordó que está bien no estar bien… siempre que lo digas con una sonrisa que haga dudar a todos.

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