Cristina Urgel
Un ojeador de tontas la descubrió y le ofreció presentarse a Miss España. Tras esta experiencia, tardó poco en abandonar el trabajo de modelo y buscarse un trabajo normal.
Se quiso hacer periodista, como Jorge Javier Vázquez, pero unos familiares la convencieron y volvió a la normalidad.
En su labor de presentadora tuvo el gran privilegio de trabajar junto a Bertín Osborne en el gran prix del verano, todo un lujo.
Como actriz ha participado en series de televisión como El comisario, Ana y los siete, El auténtico Rodrigo Leal, o La Dársena de Poniente, todas las series de mierda que daban por aquella época.
Estuvo una época sin trabajo, así que tuvo que actuar en el teatro hasta que otro ojeador de tias buenas la metió de reportera al programa de televisión Sé lo que hicisteis... en La Sexta, pero se la quitó Cuatro para Vaya tropa, la cual era una mierda de copia de Vaya semanita que no tardó en cancelarse.
Tan malo era que tuvieron que despelotarse para ganar audiencia, y eso que que aun no había empezado. Le salió fatal la jugada.
Desde entonces estuvo en el paro, ya que no le dejaron ser una chica de negro (Caiga quien caiga).
A partir de ahí, su carrera en la tele está siendo todo lo contrario a meteórica. Es más bien como un agujero negro.
Ha ido tomando desiciones nefastas y desapareciendo de la tele paulatinamente y acabó lesbiana, cocainómana y narcotraficante en La reina del Sur.
Después de eso poca cosa. Su carrera no despegó y solo consiguió papeles esporádicos de mierda.
Fichó por Antena 3 para presentar un reality de cámara oculta en el que la gente presenta a sus padres a sus novios, famosillos para más señas, en una cena en la que los los famosillos van a interpretar papeles de maleducados.
Supuestamente, había una cámara oculta. Supuestamente, los padres no saben nada. Supuestamente, los concursantes ganan 3.000 o 5.000 euros si los presuntos padres se tragan la presunta mentira. Cuando el programa termina, la sensación de estafa y timo entremezclado invadía al espectador.
Desde entonces ya pocos se acuerdan de ella.
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