Mario Casas

Hoy en día, para ser actor
 ya no necesitas ni saber hablar
Mario Casas Sierra es un pésimo actor español que no transmite nada. No tiene expresividad ninguna en su cara y da la impresión de que sólo tiene una cara y que si intenta otras expresiones parecen muecas.
Vocaliza mal, parece que está leyendo y no tiene cambios de registro.

Está muy apoyado y empujado por una productora y unos directores, siempre los mismos. Se ha especializado en papeles de chulo intenso y atormentado capaz de seducir a cualquier chica que se le cruza por delante.
Suele interpretar sin camiseta para darle algún matiz a sus personajes. Por desgracia para él, no todas son quinceañeras hormonalmente revolucionadas susceptibles de ser impresionadas por cualquier garrulillo de barrio.

Cuando esos directores cutrones que lo eligen encuentren a otro más mono e igual de garrulo, su carrera se verá muy perjudicada.

Biografía

Sus primeros pinitos como actor fueron en el mundo de la publicidad, haciendo anuncios. Cuando se dio cuenta de que realmente quería dedicarse a ello, realizó los estudios en la Escuela de Interpretación Cristina Rota, aunque por el resultado da como conclusión que se saltó varias clases.

Debutó en el cine de la mano de Antonio Banderas que le dio la oportunidad de participar en el film El camino de los ingleses, aunque su mayor éxito fue gracias a su participación en la serie de televisión española Los hombres de Paco.

Fue relacionado sentimentalmente con la también actriz Amaia Salamanca, con la que protagonizó Fuga de cerebros y la serie de televisión SMS. Evidentemente esa relación fue un montaje.

En 2009 protagonizó las dos películas más taquilleras del panorama español y las más cutres: Fuga de cerebros y Mentiras y gordas. Luego llegó la niñatada de Tres metros sobre el cielo y más tarde Tengo ganas de ti, ambas películas no recomendadas para mayores de 15 años.

Se lio con Bebe y le hizo un bebé.
Repitió relación montaje con compañeras de reparto como Clara Lago, María Valverde, Berta Vázquez y Blanca Suárez.

Aparte del interés que suscitan sus relaciones, su trayectoria como actor no tanto. Pronto se le acabará el chollo y será olvidado y enterrado en el panteón de su mediocridad.

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