Brequette

Se dice brillita

Brequette Cassie es una cantante de color (negro),  corista de Barei y eterna aspirante a eurovisiva y cualquier plataforma. De hecho, si mañana le ofrecieran ir a Mira quien baila, Tu cara me suena o Masterchef, también iría.
Aunque todo el mundo dice que canta bien, no tienen claro cuándo está cantando español y cuándo en inglés.
Es tan confuso como la pronunciación de su nombre.

Biografía

Nació en Ciudad del cabo del miedo allá por 1984.

En 2012 participó en La voz dejando fuera de combate a Sharay Abellán pero perdiendo contra Rafa Blas. Los tres desde entonces han triunfado en lo suyo, es decir, comerse los mocos.

En 2013 fue jurado del concurso musical de TVE Canarias Mamá, Quiero Triunfar.
Le acompañaron, en el jurado Alberto Castilla, Davinia Gloria y el ex-concursante de La voz Nicky Triphook, todos muy conocidos en su casa a la hora de comer. Y a lo mejor ni eso.

Esperando sentada
A ir a Eurovisión

En 2014 intentó ir a Eurovisión con Run, un plagio de Uncover de Zara Larsson y además estaba en spanglish, y la parte en español tenía más bien poco sentido. De todas formas ya estaba decidido que fuera Ruth Lorenzo.
El videoclip que estaba grabado nunca vio la luz y se lo tragó un agujero negro, obligando a Brequette a sacar deprisa y corriendo otro single (Puzzle Together) del que no se acuerda ni ella misma.

La eligieron como parte del jurado del programa de televisión canario Canta mi niño, una especie de La voz kids guanche.

Después anuncia que formaría parte del cuerpo de baile de la película Palmeras en la nieve. Realmente no era más que una extra, pero dicho así suena peor.

Esperando a ir a
Eurovisión... 

Logró ir a Eurovisión en 2016, pero como corista de Barei. Por lo visto pensaba que ella era la cantante y quería que la cámara la enfocase a ella.

Pero quería ser la megastar y en 2017 lo volvió a intentar, esta vez de la mano de Barei.
Presentó tres canciones en inglés, destacando No enemy. No desistió y en 2022 se presentó otra vez, pero ahí no era lo suficiente feminazi como Rigoberta Bandini ni tan indepe con Tantxugueiras y mucho menos jamona como Chanel.
Pero aquel fue el año del tongo y  aunque hubiese cantado haciendo el pinopuente ya estaba decidido que fuera Manel Navarro.

Desde entonces forma parte de esas eternas cantantes que siempre intenta ir a Eurovisión como Coral Segovia o Mirela Cabrero hasta que se de cuenta que no es por ser ella, si no por ser negra y sin enchufe.