 |
Arza, quillo, lolailo |
Macarena Olona es una charo
andaluza valenciana de derechas, actualmente un juguete roto de la política.
Trabajaba 16 horas al día como azote del progrerrojerío. Lo de abogada del Estado no le quitaba mucho tiempo, ya que sólo llevó un caso y lo perdió.
Iba para vicepresidenta y se quedó de diputada rasa en un parlamento de segunda.
Sus padres le pusieron Macarena y fue criada por su madre en Salobreña, ya que su padre fue a comprar tabaco a un estanco que estaba muy lejos del que aun no ha vuelto.
Vivió en Alicante, un pueblo andaluz, hasta que Iván Espinosa de los Monteros la fichó para Vox por LinkedIn, siendo el único caso de éxito documentado en esa red social.
Del padre de su hijo se sabe bien poco. Probablemente murió en una misión suicida en busca de su suegro.
Así que la ultraderecha la envió a Andalucía y se metamorfoseó en andaluza de toda la vida.
Se vistió de flamenca, le pusieron un asesor de gracejo y le compró un billete de AVE y un padrón en Granada.
Pero como era humilde, no tenía dinero para un hotel y se fue a vivir en la casa del presidente de Vox en Granada para poder concurrir a las andaluzas derrotar al comunismo.
Su Sanchidad quiso ilegalizar su candidatura y robarle el voto a los andaluces con un montaje chusquero en el que la alcaldesa socialista de Salobreña fue su colaboradora necesaria para echarla del pueblo y de Andalucía en 48 horas. Cosa más urgente que los miles inmigrantes ilegales que están empadronados en Andalucía.
Pero hizo una campaña electoral de mierda y apenas sumó escaños. Fue su tumba política, aunque no pareció entenderlo.
Se retiró de la política, hizo el camino de Santiago y amenazó con crear otro partido político. O puede que no, se le fue un poco la chaveta y el grafeno no le está sentado bien.
Luego dijo que quería volver al partido y recuperar su cargo de portavoz. Cualquiera diría que esa mujer no se aclara mucho.
Para acabarlo de arreglar, le da por decir que no hay democracia interna en el partido de sus entretelas y amaga con crear uno nuevo en el que se sienta más comprendida.
A partir de ahora, le esperaba una vida anónima en la abogacía del estado. Pero en su locura, le dio por liarse la manta a la cabeza y acabó creando un partido a su imagen y semejanza, cosa que, dada su peculiar idea de la coherencia, tampoco fue de extrañar.
Carrera en solitario
Se sentía iluminada y tocada por dios haciendo la travesía del desierto compostelano y anunció la creación de un partido político. O no.
No lo tenía nada claro, ya que los votantes de Vox le dieron la espalda. Así que se volvió feminista. Creó un partido político (Caminando juntos) que sufrió un bochornoso ridículo en las elecciones de 2023.
A este paso acaba en Sumar con Yolanda Díaz. O en un psiquiátrico.
Comentarios
Publicar un comentario
Puedes comentar si te ha gustado este blog o para insultar a su autora y decirle que este blog es una mierda. Tanta sinceridad puede llegar a que otros lectores se sumen a lo que es ya, un secreto a voces. La verdad duele.