Dulceida

Holis negritos.
Vengo a traeros algo
para que por fin os podáis
 llevar algo a la boca:
 ¡Mi nueva línea de gloss!

Aida Domenech, más conocida como Dulceida, es una bloguera, youtuber, influencer y gilipoller española con un culo feo con miles de seguidores monguers e indigentes mentales siguen sus vídeos religiosamente.

Algunos de los más vistos son Mi operación de pecho o Qué hay en mi móvil. No hay más, sólo eso. No tiene opiniones acerca de nada, no sigue la actualidad política o social. Sin embargo, nos habla del tamaño (como una nuez) de su clítoris.

A temprana edad ya se caracterizaba por ser una frivola materialista adicta a las ropitas. No terminó el bachillerato y bien falta que le hacía.

Antes de ser conocida estuvo estudiando un curso de interpretación en Madrid, pero no le debió ir muy bien.

A la vez trabajaba como dependienta en una tienda de Zara. Fue justo ahí cuando decidió en 2009 hacerse bloguera. En poco tiempo, empezó a tener muchas visitas y una legión de fans monguers.

 Pasó del anonimato a protagonizar campañas publicitarias, ser embajadora de marcas, asistir a eventos y por alguna razón que se nos escapa, a OT.

En 2016 dio el salto a la televisión como profesora de moda en el programa de Divinity ‘Quiero Ser’, conducido por Sara Carbonero.
La audiencias fueron patéticas y pasó de Telecinco a Divinity en tan solo tres días.
Las audiencias no solo no mejoraron, si no que empeoraron tanto que lastraron la media de la cadena, que ya de por si era baja.

También tiene empresas de moda que realiza envíos a todo el mundo excepto a las Islas Canarias, que no son mundo.

Su Instagram está repleto de fotos no vemos un solo lugar interesante, salvo playas, chiringuitos y saraos varios. Peor es cuando intenta ser solidaria y sube fotos de niños negros como si hubiese ido a pasear perros de una protectora. No tienen agua, comida, educación pero no pasa nada porque ella es muy filantrópica y le regala sus gafas.

Seguramente hayan muerto de Malaria, neumonía o ebola y los enterraran con ellas puestas. Todo sea por hacer campaña de marketing de su propia marca de gafas de sol.

Luego limpia su karma dándose un baño de espuma en su hotel en una bañera de 200 litros mientras los habitantes se mueren de sed. Mejor que se haga un plan de pensiones, que no va a ser joven y guapa toda su vida y todo lo que está de moda, pasa de moda.