Elizabeth Duval
Se caracteriza por su voz de Stewie Griffin y ser un pedante, petulante, engreído y pomposo que no ha quién lo soporte.
Algunos creen que es Íñigo Errejón con peluca.
Su fama está ligada o más bien condicionada a que se hormonara de joven, se jodiera el cuerpo y se transformara como indica el satánico NWO. Ahora vive de todo eso.
Según dicen es escritor, pero a parte de panfletos y bobadas LGTBI no ha escrito nada importante.
Su mayor drama es que no quisieron cambiarle el nombre por uno de actriz porno barata en el registro. Quizá Netflix haga una película sobre su drama. A nosotros eso nos importa una mierda.
Para Yolanda Díaz, el feminismo ya no era lo suficientemente Woke y la eligió para sustituir a Irene Montero en el chiringuito de igualdad.
Si gana las elecciones el PSOE y le dan el ministerio de igualdad, será un festival. Las feministas odian a los trans.
Hay montado un berenjenal que ni entre ellos elles se aclaran. Ha llegado un momento en la Agenda 2030 que ya no se sabe si está con las mujeres o quieren destruirlas. Y lo mejor es que las feminazis han alimentado el monstruo. Que se jodan.
Nosotros solo comemos palomitas y observamos.
Lo de los estudios, pues lo que refiere a licenciatura de Filosofía ya la tiene, así que si por no acabar la carrera se refiere al máster, pues entonces sí, y menos ahora que se ha metido a Sumar.
ResponderEliminarDe todos modos, ha dicho cosas interesantes estando donde está, como que los fascistas no son monstruos (esta afirmación es abominación directamente para la izquierda), que en España nadie la mira raro por ser trans (pero sí por "lesbi"), que Juan Manuel De Prada es interesante aunque sus ideas sean las que sean, que Pablito la odia a pesar de que ella lo admiraba, y cositas así. En el fondo es normal, porque claro está que su situación políticamente hablando es particular, cuanto menos.
Si solo entendiera que quizás las premisas son incorrectas...
P.D.: Lo de pedante y pomposa, obvio, pero ni destaca. Certeramente no en su entorno.
Ah y los trans se siguen considerando feministas, pero claro, en un país donde el condicionamiento femenino era considerado (políticamente) como suficiente para el victimismo, que tarde o temprano fueran a chocar por el tema biológico se veía de lejos, pero bueno, cuando los conductores de los trenes no quieren rectificar y los pasajeros no quieren evacuar, la culpa desaparece y las palomitas se disfrutan.
EliminarPerdón por el tochaco.