Natalia Lacunza

Eilan Bay
Natalia Lacunza es una triunfita de la edición de Operación Triunfo de 2018, cuyas letras de sus canciones todo te termina matando o envenenando.

En La voz participó bajo el nombre de Eilan Bay, pero no pasó de las audiciones a ciegas.

En OT quiso hacerle  tijera a Alba Reche y adelgazó un poco gracias a que Famous le racionaba los cereales y los polvorones dentro de su estómago.
Consiguió destacar sobre otros concursantes por su voz y su capacidad de ejecutar una buena coreografía. Gracias sobretodo a que el programa la benefició tremendamente con las elecciones de canciones, que la posicionaron muchas veces como favorita incluso antes de empezar a cantar.

Llegó a la final a pesar de estar famélica por carencia de polvorones y los continuos sabotajes de una vaca.
Le robó el vestido que Elina Nechayeva llevó a Eurovisión y fue a la final.

Natalia y su cara de
Póker
Ella se veia ganadora y pensaba coger un machete, rajarle el vientre a Famous y comerse los putos polvorones mientras bajaba escaleras cual Joker. Pero quedó tercera superada por Famous y por Marta Sango, que se hizo un solo por su cara.

Intentó la obligaron a intentar ir a Eurovisión con dos canciones.
Una de ellas fue La clave. Una canción que parece haber sido escrita por Flos Mariae que critica la obsesión con las redes.
La otra fue Nadie Se Salva con Miki. Miki fue casi más un lastre para Natalia que una compañía. Toda la parte de Miki estaba de más. La canción hubiera funcionado mejor sólo con ella, pero claro, aquello era Mikivisión. Finalmente no fue porque muchas ganas no tenía de ir. Incluso Merche sugirió en una entrevista que boicoteó su candidatura eurovisiva.

Luego vino una gira que no le quitó mucho tiempo. Fue tal fracaso que tuvieron que cambiar recintos por escasa venta de entradas.

Su primer single fue Nana Triste y dejó descolocado a los niños ratas que esperaban algún trap o regueaton.
En vez de pillar el primer tren que le pasó por delante, tratando de afianzar su carrera con un producto rápido, no se vendió al electro-latino y pachangueo cayendo en las garras de Universal como otros triunfitos (Un saludo a Ana Guerra).

Se tiró a la piscina con algo totalmente imprevisible y se convirtió en el primer hit de su generación. Lo petó en ventas y en escuchas. Su segundo single (Tarántula), fue su canción más criticada y popular de su EP, por sonar demasiado a Bad Guy.
Hubo división de opiniones en este aspecto entre los que opinaban que estaba muy inspirada y entre los que la consideraban directamente un plagio.

Pero después publicó un EP (Otras alas) nada ligado a Nana Triste, y más al de Tarántula, su segundo single, lo cual dejó al público más apático, incluso a la vaca.
Desde entonces sigue una carrera decente que solo podría ir a menos si la caga en redes sociales.

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