Rosalía

Comprando grammys
En el aeropuerto
Rosalia Villa Tobella más conocida como Rosalía, es una poligonera choni y un producto prefabricado sobrevalorada hasta limites absurdos. 

Primero fue andaluza gitana. Luego latina dominicana y puertorriqueña. Ahora japonesa cute kawaii.

Musicalmente no vale nada, solo es un personaje creado con dinero de vaya a saber de que procedencia.

Tiene una voz que es un constante desperdicio de afinación y con una pronunciación indescriptible. Canta como un perro afónico o una cabra enferma.
No vocaliza bien el castellano, hace un uso extraño de palabras en inglés, emplea palabras inventadas o de una jerga cerrada, no se sabe muy bien si juvenil, oriental o pandillera.

No sabe nada de música. Mide mal y se va de tono.

Nos han vendido que es un fenómeno internacional, pero no lo es. La gente y muchos periodistas y becarios mediáticos se lo han tragado.
La vendieron como una artista transgresora que iba a revolucionar el flamenco y la musica urbana y ha acabado haciendo basura.

Canta canciones que supuestamente promueven mensajes feministas, pero luego forma parte de fiestas con mujeres que bailan con poca ropa a cambio de dinero.

Va de progre y antifascista, pero sube fotos con abrigos hechos con piel de animal, utiliza aviones privados que contaminan el planeta, se junta con otro ricos y celebra grammys en prostíbulos.

Está endiosada y con unos aires de diva que maneja en los conciertos son como si estuviera a la altura de Rihanna y Madonna juntas.

No aguantará el paso del tiempo al igual que el resto de musiquilla midi secuenciada y repletas de autotune que la rodean. Sólo es cuestión de tiempo que la industria musical se canse y pongan a otra en su lugar.
La sobreexposición hará que desaparezca y nunca más remonte el vuelo.

Biografía

Tu sí que no vales
Desde pequeñita, empieza haciendo las cosas regular o, al menos, no de forma excepcional.

En 2008 se presentó a Tú sí que vales, el talent show de Telecinco y le fue malamente. Hacía lo mismo que ahora, cantar insulsamente desafinada y dar palmas. El jurado compuesto entre otros por Ángel Llacer, Javier Sardá y Noemí Galera suspendieron su actuación.
Ni tenía talento en ese momento ni lo tiene ahora.

En 2017 sacó un disco llamado Los Ángeles con voz insulsa y palmitas y no la conoció ni siguió ni Dios. Y eso que era mejor.
Vendió poco, pero el interés se tradujo en un buen número de actuaciones.
En 2018 sacó El mal querer, un disco exactamente igual al anterior, incluso un poco peor.

Pero algo cambió. Las elites del Nuevo Orden Mundial vieron potencialmente una marioneta para promover la segunda fase de la agenda, el feminazismo, falsa violencia de género y criminalización del hombre por ser hombre. Al igual que Bebe hizo en su día.

Pasó de la nada, de hacer colaboraciones con el matao de C Tangana a reunirse con Tim Cook (CEO de Apple). Desde entonces las carátulas de sus discos apestan a simbología masona.

Para hacer que el personal se lo tragara todo, salieron con el viejo truco de que estaba arrasando en Estados Unidos cuando no era verdad y muchos se lo tragaron.
Incluso untaron a Jaime Altozano para que dijese que su mierda de música era equiparable a Beethoven, Bach o Mozart.
De repente estaba Rosalía hasta en la sopa.

Aquel disco (Malamente) que era una bazofia, ganó dos Grammy Latinos a escasos 15 días de salir. Y todo el mundo se lo tragó.

Este disco se vendió más que el primero, objeto de una campaña masiva de marketing, pero bastante menos de lo esperado. Y no parece haberse traducido de momento en contrataciones. Su gala más importante fue un playback gratuito en la Plaza de Colón en Madrid o aquella actuación en los devaluados premios Goya. Haciendo una pretenciosa versión de un clásico de Los Chunguitos que ni el Lidl quiso editar en físico.

En la gala de los 40, no tenía voz y se quedaba corta cantando.

Por si aun le queda dudas, otro ejemplo fue cuando tomó una canción callejera, de arrabal, y pretendió elevarla al gusto de las mentes bien pensantes que era un mojón. Una vez más consiguieron engañar a los ignorantes. Esos mismos que en sus notas de prensa escribieron que “recibió el aplauso incluso de sus autores originales”. Dos autores que están muertos. Ambos. Seguramente confunden autores con artistas. Si es así, no hay mejor prueba de la ignorancia de quienes escriben alabándola.

Fuera de España no ha aparecido en ninguna lista de éxitos. Ni en las de los más vendidos, ni en las de streaming, ni en las de las canciones más radiadas.
Nos han vendido lo del anuncio en los luminosos de Times Square. Pero no nos han contado que son propiedad de Sony (su discográfica) o que a Kim Kardashian le gusta el disco. Como si fuera una opinión relevante. La opinión de una hortera siempre será una horterada. Y más de una que vive de influenciar a cambio de pasta.

Decadencia

Soy feminista...
Perrea y te lanzo
 billetes, Perra
Pero la cosa va desinflándose.
Desde que publicó El Mal Querer no ha hecho nada más que ir cuesta abajo.
Sus últimos singles no tienen esa influencia flamenca que tanto la caracterizó en un primer momento y resultan demasiado comerciales.

Incluso los modelitos que sacaba en sus primeros conciertos por España, que eran espectaculares, ahora son bodies de Aliexpress.

Últimamente lo único que vende son
exclusivas de si se ha teñido de rubio, que si usa un abrigo de piel, se folle a Vox y sus votantes o sus putas uñas.
Parece que su equipo ya no sabe que hacer para que se siga hablando de ella y no caiga en el olvido.

Su compañía la mete con calzador para hacer duetos con gente de moda e internacional pero las canciones fracasan fuertemente.

Si el objetivo era crear un falso clima de éxito lo han logrado. Pero el buen marketing busca la rentabilidad. Y el humo se acaba disipando a corto y largo plazo.

Por ahora intenta mantener la fama haciéndose fotos con famosos que a su vez buscan lo mismo y parece que el que escribe las canciones esté sufriendo un ictus cada vez más grave modo spike.

Declive

El inicio de su declive fue cuando Rauw Alejandro la mandó a paseo nada más acabar la gira Motomami.
Pronto será un juguete roto y aparecerá en Tu cara me suena, Masterchef o Supervivientes.





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