No te rías que es peor
No te rías que es peor fue un programa de humor o algo así.
Su objetivo era no reír. Para ello, recorrieron los peores pubs, discotecas y otros sitios inhóspitos para buscar a los peores humoristas de España. Eso queremos pensar, si no, el director de casting debería haber sido despedido fulminantemente.
Triunfó porque a esas horas había niños en casa que se tragaban cualquier cosa a la hora de la merienda cuando llegaban del colegio.
Al final lo quitaron de TVE porque a un iluminado de arriba le pareció que era de mal gusto.
Presentadores
El primero fue El Inspector Gadget Jordi Estadella, que abandonó para presentar el Un dos tres. Le sucedió. Ramón García, que abandonó para presentar ¿Qué apostamos?. Desde aquella se enquistó en TVE y no había forma de sacarlo ni con pinzas y aceite.
El tercero fue Miguel Ortiz, época y presentador que nadie recuerda.
La última fue Miriam Díaz Aroca. Tuvo la mala suerte de vivir su cancelación porque Los de La Trinca se cabrearon con TVE. Desde entonces su carrera se fue al garete.
Elsa Anka presentó la versión apócrifa de Telecinco llamado Sonría por favor, pero dudamos que hagamos un artículo reseñándolo, así que aquí que la metemos.
Humoristas
- Barragán: Señor con aspecto de indigente y humor indigente cuyos chistes eran verdes y el resto eran de culo, caca y pis.
- Paco Aguilar: contaba chistes de marujas, de indios, de Jaimito y de lo que fuese recurriendo al "Eso dó mariquitas..." y que luego avanzaba el chiste y se podía comprobar que no era necesario.
- Marianico El corto: lo suyo era contar chistes de gañanes con acento maño, ofendiendo tanto a maños como al resto del mundo.
- Pedro Reyes: Este por lo menos no hacía humor mil veces visto. El problema es que él era el único capaz de seguir el hilo de sus propios chistes.
- Emilio Laguna: Sus chistes eran de ancianas beatas o salidas, de marujas, de mujeres cursis, algunos chistes de niños con colitas y culetes y a veces se ponía a cantar.
- Manolo Vega: lo suyo eran los chistes de gitano.
- Félix el Gato: Chistes como si fueran anécdotas suyas.
- Jaimito Borromeo: Chistes de Jaimito.
- Sara Sanders: Alguien pensó que era graciosa y la metieron aquí.
- Don Pío: humor valenciano o algo así.
- Kimbo: Chistes de
¡Asúcar nooo!cubanos - Rafael Erosa: En su casa lo conocerán.
Mecánica
La primera parte del programa consistía en la visita individual de unos humoristas desfilaban ante ellos con la pérfida intención de hacerles reír. Si sonreían siquiera, eran penalizados. Mejor dicho, “serían”. En los años que se emitió ningún concursante insinuó una carcajada, ni esbozó una sonrisa.
Supuestamente cada risa o sonrisilla por parte de los concursantes les sumaba un punto negativo.
Cuando tocaba el pito que anunciaba el fin de tiempo y los concursantes hacían como que se reían, fingiendo haber estado aguantándose las ganas.
En la segunda prueba (Tebeo doble) los concursantes debían emparejar en un panel oculto parejas de personajes de cómic. De ahí el maravilloso juego de palabras del nombre.
A partir de la segunda temporada lo cambiaron por las caras de los humoristas del programa, la del presentador/a y las de los mismos concursantes. Y claro, tampoco era cuestión de romperse la cabeza cambiando el nombre.
A partir de 1991 se introdujo "La Cacharrería", donde el público traía sus objetos peculiares y el presentador elegía uno al azar. En realidad ni se elegía al azar ni los objetos los traían de casa.
Los concursantes debían dar hasta tres usos a ese objeto, trayendo luego a un humorista del programa que debía hacer lo mismo. Si el humorista mencionaba un uso del objeto propuesto por un concursante, éste sumaba un punto.
Seguidamente, dos concursantes, enfrentados cara a cara, deben hacer reír al otro mediante bromas o gestos. Eran igual de graciosos que los humoristas.
En 1991, se añadió el exitómetro, que al final de los números de los concursantes, el público premiaba con hasta 5 puntos o bien hasta 10 puntos (con decimales) a partir de 1993.
A lo largo del programa, se van acumulando (o perdiendo al principio) puntos de cara a la prueba final.
El concursante con un mayor número de puntos pasaría a la prueba final, en la que era, de nuevo sometido a los chistes de los humoristas y, de nuevo, fingir que aguantaba la risa.
Después en otro panel estilo TEBEO doble había una serie de casillas con premios.
Los premios iban desde un jamón, un pijama, una boina, una muñeca, un desatascador, un botijo, un viaje al Caribe, un sombrero mexicano, hasta el premio máximo, que era, o bien un coche, o bien un millón de pesetas (6.000 €).
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