Totus tuus Maria (álbum de Flos Mariae)

Totus tuus Maria es el disco debut del legendario grupo de rock progresivo católico Flos Mariae. Fue publicado en su mayoría en 2014 y la última canción en 2018.

Fue el resultado de una promesa a la virgen y probablemente de darle mucho a "La sangre de Cristo".

Todas las canciones están compuestas (o como se llame aquello) por Montserrat y cantado por las hermanas Berrido Bellido Durán

Tiene ni más ni menos que 21 temas con un estilo al que habría que redifinir el concepto de Amateur para que encajara.

Armonias locas, disonancias delirantes, música absurda y golpe de platillos a mansalva campan a sus anchas. Solo recordarás la armonia. La música de acompañamiento es una sucesión absurda cogidos de un banco de sonidos sin ton ni son. Da igual que sean de cuerda, xilófonos o panderetas.

Todos los videoclips fueron grabados teniendo de fondo su patio ante una puerta misteriosa marrón, un sauce boxeador o incluso la cuneta de una carretera.

Tracks

La primera canción (tras eliminar las de Carlota) es Parate viam Domini, un villancico a capella en el que cantan al unísono y apenas desafinan, todo un logro teniendo en cuenta lo que viene después. 

En el segundo (Espérame), Flor demuestra su portentosa voz y que es la más estrecha del grupo. Teniendo en cuenta lo que puede durar un noviazgo igual de ahí sale requesón. El final, inquietante.

Gràcies mare es el tercero. Cantado por Alba y Flor en catalán dedicado a su madre. No sabemos si cayó subvención de La Generalitat. No estaría tan mal si no fuese por esa disonancia horrible cuando cantan juntas y esa música horrible de fondo.

En Soñar Estel nos anima a vivir la vida sin miedo entre platillo y platillo con un árbol extraño de fondo. El tema muy malo, mal cantado y sin mucha historia.

Yo sé donde piso y
sé donde aparco...
¡aPaAaAaarcOOooO!

A partir del cuarto (A mi paso) el disco empieza a tener tintes bizarros y platillos a punta pala. Esta canción la peor del disco con diferencia. Probablemente la canción peor entonada de todos los tiempos. 

La canta Montserrat y parece que recién salida de un bar de carretera o de un after. No se les ocurrió nada mejor que rodarlo en la cuenta de una terrorífica carretera, con todo el potencial para ser escenario de un crimen de provincias.

Canta desafinado y baila como si fuera un pato mareado con Parkinson. La armonía va por un lado, la música por otro y la letra está encajada a empujones. También nos hace saber que tiene una moto y que la tiene aparcada o algo así.

Entre lo más descacharrante está ese "Un dos tres, un pasito pa lante María" o ese desconcertante solo de bajo. Y por supuesto platillos.

En No soy para tí Victoria nos demuestra con sus espamos (que ella debe pensar que es bailar) que es la marchosa del grupo. Y platillos, muchos platillos.

Virgencita, niña bonita es una canción extraña que canta Patricia. Parece que canta al revés o algo así. La armonía va por un lado la música por otro y desafinada a tope.

Y llegó Amén, el tema basado en la Parábola de la loncha de queso que les hizo saltar a la fama. Perfecta para esos días que te sientes sin sosiego entre la duda y el miedo y preso como una loncha de queso. Un tema imprescindible para que no te rindas si quieres ganar, porque si lo haces vas a fracasar. ¡FRaCaSaR!. 

Hubo un antes y un después de este tema en la industria musical.

En Vuela alto, desde un balcón, María nos dice que volemos alto. No sabemos si nos anima a vivir la vida a tope o arrojarnos al vacío desde ese balcón. Parecía que nos íbamos a librar de los platillos, pero no.

En ¿Qué me pasa? Estel tiene calores uterinos y se pregunta porqué. 

En Totus tuus Maria se visten de novias para deleitarnos con otro despropósito. Eso sí, el estribillo es grandioso.

Alba emula a Patricia Krauss tratando de animar a un amigo que le acaban de dejar en No estás sólo. Canta en un armonía totalmente diferente a la que van los instrumentos. Eso sí, platillos que no falten.

Busca la verdad es una especie de tema hip hop, scratching incluido, que niega el el relativismo.

Quisieron dar el salto internacional con Don't worry, un tema techno dance donde supuestamente, en inglés, compiten María y Monserrat por ser la que peor lo pronuncia. En un momento de la canción, Montserrat se marca un solo de rap que debería ser estudiado en todos los conservatorios de España de Europa del mundo.

En Llora canta Flor y Estel se dedica a estropearla. Fue un fracaso de visitas porque no es ni buena ni lo suficientemente mala.

Soñé con un amor verdadero es el segundo tema de Monserrat en solitario. Tiene una intro que parece una película de terror católico hasta que esos platillos característicos que hacen gala en casi todas las canciones del disco provocan un cambio de tercio.

Tiene un solo de guitarra decente de unos segundos, pero la ilusión termina con un golpe de platillos y vuelve a empezar el horror. Es la prueba definitiva de que Monserrat debió quedarse solo como compositora. Eso sí, tiene un final inesperado. A menos que esperes un golpe de platillos.

Solamente un tema llamado Guerrera de la Virgen María podía estar cantada por Victoria. Vuelven a recurrir a la mezcla absurda y aleatoria de de banco de sonidos. No es tan mala como las anteriores ni hace sangrar los oidos, pero es una cosa caótica. Lo más extraño es el final. Da la impresión de que se le acabó la batería a la cámara y terminaron porque sí.

El mejor tema del disco es Una chica original. En él, Flor nos hace saber que si quieres rollo con ella que vas listo. 

Empieza con un saxofón, alguna armónica sin venir a cuento, pero la voz de Flor la salva. De hecho no desafina ni una vez y si la música que la acompaña fuera otra, igual sería un hit.

Yo seré tu princesa, chato
Pero luego llega un tema perturbador llamado Seré tu princesa.

Muy en la línea de princesita Disney pero chungo. Ya empieza mal, con María disfrazada de princesa en busca de su caballero andante. La música absurda con momentos de subidas y bajadas épicas sin venir a cuento o violines y trompetas por aquí y por allá.

Lo de "juntos iremos al cielo" suena muy mal. Todo muy siniestro, sobre todo ese final repentino que parece indicar que tras la cópula acabará con su concubino como una mantis religiosa.

Como si fueran sirenas de la mitología buscando que nos estrellemos contra las rocas. En cuanto a lo musical, no es más que un bucle absurdo que a golpe de platillo nos devuelve al inicio.

Cierra el disco Jesús yo quiero ser como tú.

En este tema que más que una composición es una descomposición, van vestidas como novias que se van a suicidar porque el novio las abandonó en el altar.

Cogieron sonidos de un banco de sonidos y lo pegaron sin ton ni son uno tras otro. Desde piano, guitarra, trompetas, arpa a cencerros o sintetizadores sin ningún orden.

Cuando cantan en solitario es un disparate sin sentido. No hay nada que esté bien. No se salva ni Flor. Estel y Monserrat es como para expulsarlas del grupo, pero cuando cantan al unísono es casi una invocación al demonio.

En mitad de la canción hay un cambio épico de tono sin venir a cuento. Luego vuelve a la normalidad. O algo así.

De repente el tema se vuelve funky por alguna razón para volver a su tono original.

Luego, después de mezclar aleatoriamente, el tema finaliza con un instrumento que no sabemos que es, pero es tan extraño y absurdo que no desentona con el resto de la canción, que es un despropósito.

El perfecto colofón de un disco bizarro, friki y espantoso que todo el mundo debería tener en casa.

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