Ratoncito Pérez

Odón Pérez, más conocido como el Ratoncito Pérez, es una rata de alcantarilla que suele especular con el valor de los dientes. Antes de hacerse rico, vivía con su familia dentro de una lata de galletas en la confitería Prats, a poco más de cien metros del Palacio Real de Madrid.

Al primer niño que timó fue al hijo de Alfonso XIII y María Cristina. Los tres le vieron la cara y por eso están todos muertos ahora. Otros testigos dicen que es un ratón muy pequeño, con sombrero de paja, lentes de oro y una cartera roja colocada en la espalda, pero se niegan a testificar por miedo.
Desde entonces, vio que aquello era muy lucrativo y cuando a un niño se le cae un diente lo coloca debajo de la almohada mientras duerme y el ratón se lo cambia por un pequeño regalo o por monedas muy por debajo de su valor real.

Se aprovecha de su inocencia para vender los dientes a una mafia, la cual muele los dientes y crea con ellos figuras, teclas de piano y medicamentos afrodisiacos.
Tiene competencia en los países anglosajones, en los cuales dominan el negocio el cartel del Hada de los dientes, aunque ambos hicieron hace tiempo un pacto de no agresión y no invadir sus respectivos territorios.

En Cataluña existe un pequeño cartel de "l'Angelet", pero para el ratón no le resulta rentable ese territorio, ya que aveces los niños han intentado timarle poniendo un diente falso, y desde entonces desconfía. En el País Vasco se encarga Maritxu teilatukoa, pero no se atreve a meterse con ella, ya que puede que pertenezca a ETA. En Cantabria opera La Ardilla de los dientes, pero la deja en paz a cambio de un porcentaje.

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