Edgar Allan Poe
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Edgar Allan Po Edgar Allan Poe fue un devorador de desesperanzas, cronista de ruinas interiores y amigo epistolar de los espectros. Inspiró a poetas, necrófagos, relojeros enfermos y cuervos iletrados. Su nombre aún se pronuncia en bibliotecas donde nadie respira y las velas lloran cera negra. Fue parido en la hora en que los gatos se erizan y los relojes tiemblan, un 19 de enero del año 1809, bajo cielos ennegrecidos por la mala fortuna. Llegó al mundo como quien entra sin ser invitado a un velorio: con una mueca melancólica y el alma ya fatigada. Su madre era actriz; su padre, un susurro que huyó tras las cortinas del abandono. A los tres años ya era huérfano, lo cual explicaría su cariño hacia los cementerios y los relojes detenidos. Fue recogido por la familia Allan, que lo crió como se cría a un cuervo: con recelo, superstición y un diccionario. Durante su niñez descubrió tres cosas: los libros, la soledad, y que ningún espejo muestra alivio. Aprendió latín, griego y desespe...