Pilar Eyre
¡¡¡¡CerebroooOoOOooo!!!! |
Da la impresión que no la atendió un cirujano plástico, sino un chapista de coches o un taxidermista. Parece de la serie Muertos Vivientes. Difícil un resultado peor. Además habla sin abrir la boca, de lo tirante que le quedó esa zona.
Como escritora no se ganaba muy bien la vida y en aquella época no existía Internet para echarle la culpa a las descargas, así que acabó colaborando como analista y comentarista de crónica social con otros esperpento del periodismo, Jordi González allá por los noventa.
Sucesivamente, fue bajando de nivel y colaborando en aquella bazofia llamada La máquina de la verdad con Julián Lago, cayendo aun más bajo en Hormigas blancas con Jorge Javier Vázquez, ¡Qué tiempo tan feliz! con María Teresa Campos y La Noria de nuevo con Jordi González.
Su trayectoria con la literatura es simplemente escandalizar con supuestos secretos de famosos e inventándose la mayoría. La credibilidad de esta señora es mínima. Lo que publica es un cotilleo sobre algo que vende mucho, pero que no ha podido comprobar. Rellena hojas y hojas a base de me han dicho, me han contado, se rumorea, se dice, ahora le llaman escribir un libro.
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