Miguel Ángel Revilla

Miguel Ángel Revilla Roiz
es un cuñado político español, presidente de la comunidad autónoma de Cantabria que va de progre y era pata negra del franquismo. 
Un estafador social que le gusta más salir en la tele que a un socialista. Tanta es su aficción que ha colaborado en el late show de La Sexta Buenafuente, donde participaba una vez al mes en una sección fija dedicada a comentar la actualidad. 

Usa lo vasco y la rivalidad entre vascos y cántabros para alimentar su protagonismo y para ganar puntos y votos. Regala anchoas de contrabando por agasajo o complacencia y sabe Dios que las anchoas son un producto caro, bueno, pero caro. 
Siempre iba en taxi al Palacio de la Moncloa para hacerse el campechano y sencillo, pero es un guarro que va dejando puros en las ventanas.

Biografía

A pesar de ir de progre era franquista de pata negra. Incluso delegado del sindicato vertical. Miguel Ángel Revilla oculta su pasado franquista en su biografía del Parlamento de Cantabria y en su blog. Todo aquel que peine canas tiene un pasado franquista, pero al menos debería tener la decencia de no decir que luchaba contra la dictadura. 
Especialmente sensibilizado con el tema sindical, Miguel Ángel capitaneaba las manifestaciones que se organizaban en contra del sistema vigente y promovió la fundación de un nuevo sindicato, absolutamente clandestino que tomó cuerpo en la primavera de 1964

Le hubiera gustado que comenzase su currículum político en 1976, cuando fue uno de los impulsores de la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria, que ayudó al histórico divorcio entre la provincia de Santander y Castilla. Fruto de este trabajo nació el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), fuerza en un primer momento residual y con la que se lleva presentando a las Elecciones Autonómicas desde 1983.

Siempre se mostró cercano con su minúsculo PRC; primero al PNV y luego al PP, pero el Caso Hormaechea ayudó al desgaste de los populares. En 2003 el PRC fue la tercera fuerza en Cantabria, pero la segunda, el PSOE, le regaló la presidencia para quitársela al PP y en ese momento nació un fenómeno mediático.

La fama se cristalizó cuando desveló en una televisión local que en la boda de don Felipe de Borbón y doña Letizia “no había urinarios”. Crónicas Marcianas emitió el vídeo y el presidente abochornó a su región. Y de ahí a pasearse por todos los platós de televisión.

El chollo se le acabó en las elecciones de 2011, y las anchoas se las iba a tener que meter por el ano desde ese momento. 

Cuando la fama se le agotaba llegó el 15-M y tocaba compadrear en los platós con Pablo Iglesias, que ayudó a que Podemos se abstuviera en su investidura en 2015 y así volvía al poder también con el apoyo directo del PSOE. 

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