Salomón

Póngame mitad de niño
 para el cocido
Salomón fue un fumeta que llegó a ser rey del Israel. Tenía el extraño vicio de ir partiendo cosas en dos, incluso a personas.

Todos le seguían el rollo, ya que heredó un considerable imperio de su padre el rey David. Así que todo el mundo decía que tenía una gran riqueza y sabiduría. Los que decían que no, l aparecían por la mitad.

Antes de eso, Adonías se proclamó rey y fue más tarde ejecutado por orden de Salomón y después se cargó a todo el mundo que le llevaba la contraria. Dios vio que aquello era bueno y le concedió un deseo, tener sabiduria y distingir el bien del mal, que falta le hacía.

Empezó a construir cosas, entre las que destaca por encima de todas la construcción del Templo de Jerusalén como lugar para la permanencia del arca de la Alianza.

Durante el transcurso de su reinado ataban los perros con longaniza y el esplendor de su nación llamó la atención de la reina de Saba. Al principio no le hizo mucho caso, ya que tenía un harem enorme. No obstante, para consolidar el poder, contrajo matrimonio con una de las hijas del faraón del Antiguo Egipto Siamón.

Cada vez era más rico y se dejó llevar por el consumismo. Incluso le salieron algunos perroflautas comunistas quejándose de ello.
Evidentemente los judíos vivían por encima de sus posibilidades, así que tiró de esclavitud, pero solo en los infieles. Pero luego se arrepintió, rezó tres avemarías y escribió el Libro de Eclesiastés para aconsejar a otros a que no siguieran su ejemplo, que de todas formas ya no quedaba nada que fumarse.

Luego se supo que tuvo un hijo con la reina de Saba, llamado Menelik I, quien sería futuro rey de Etiopía, y que sacó el Arca de la Alianza de Israel, llevándosela a su reino.

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